lunes, 18 de julio de 2022

El Cazador y El Buen Nazi

Dramaturgia de Mario Diament. Dirección de Daniel Marcove.






Lunes 20 30 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 968 )

La pluma de Mario Diament, uno de los autores más prolíficos y reconocidos de nuestro teatro, ya nos tiene acostumbrados a presentar propuestas basadas en hechos reales, que se convierten en ficciones teatrales que atrapan al espectador. Mario es un verdadero especialista en bucear en la historia y rescatar de ella, sucesos de gran interés, que en muchos casos no son tan conocidos y por el público en general. Y la que cuenta El Cazador y El Buen Nazi, sin lugar a dudas es una de esas historias que merecen contarse.







La obra nos hablará del encuentro que tuvo lugar en Viena en el año 1975, entre Simón Wiesenthal, el famoso cazador de nazis y Albert Speer, ministro de Armamento y Producción de Guerra de Hitler, un puesto bien alto en la jerarquía nazi, de aquellos nefastos años. La inédita reunión se dió en el Centro de Documentación de Viena, el lugar de trabajo de Wiesenthal, en su oficina repleta de expedientes con sus investigaciones y uno de los que formaban parte de esos expedientes, estaba ahora allí frente suyo.

Aquel encuentro tuvo una significación histórica de relevancia, ya que Wiesenthal era sobreviviente de los campos de concentración. A él nadie le contó como fue aquel horror, él lo vivió en carne propia y de manera milagrosa pudo escapar allí. Seis millones de judíos no tuvieron su fortuna. Quien ahora dedicaba su vida a encontrar datos que permitieran cazar a los nazis que escaparon de la mano de justicia, huyendo a los países más diversos del planeta, ahora oficiaba de anfitrión del arquitecto Speer, jerarca nazi, cercano a Hitler, considerado para muchos el nro 2 en la escala jerárquica.







Al término de la guerra Speer, fue condenado en los juicios de Nuremberg y sentenciado a veinte años de prisión, pena que cumplió en la cárcel berlinesa de Spandau. El arquitecto de Hitler, era muy inteligente y tenía una gran formación. Sus modos correctos y amables , no parecían encajar con los de un criminal de guerra y se supone que con ello sedujo a los jueces del tribunal, alegando que desconocía los planes de exterminio hacia los judíos de Hitler. Le creyeron y por eso obtuvo una condena exigua, en relación a los crímenes cometidos.

Yendo ya a la obra, contemos que la trama logra transmitir la tensión que se respiraba en aquella pequeña oficina. El ambiente reinante era de desconfianza y las miradas de ambos lo denotaban. Wiesenthal, interpretado de manera magistral por Jean Pierre Noher,  no creía posible que alguien con la inteligencia de Speer, representado por Ernesto Claudio, pudiera desconocer la gravedad que tenia la situación. No creía para nada en su versión y desconfiaba de aquel hombre poderoso de otrora, que ahora se mostraba afligido por haber caído en el engaño de Hitler, 

No vamos a entrar en detalles de los riquísimos diálogos que nos ofrecerá el relato, para que el espectador los descubra cuando vea a obra. Pese a los horrores del relato, el texto tiene una cuota de humor que lo hace menos duro. Es curioso ver como el victimario, quiere convencer a su anfitrión, que él ya cumplió su condena y fue perdonado por los judíos. Sostenía que su mayor pecado fue no darse cuenta de los macabros planes de Hitler. Pero el investigador y sobreviviente del holocausto, no iba a comprar aquella tan fácilmente aquella versión y tenia un as guardado en la manga, que podía cambiar la versión de Speer. Pero cumplimos con nuestra palabra y no contamos más.






Tiempo de hablar de las fenomenales interpretaciones que presenta la obra, con una dupla protagónica de lujo,  conformada por Jean Pierre Noher y Ernesto Claudio que se sacan chispas en escena. Además de compartir profesión, Jean Pierre y Ernesto son amigos, se conocieron hace más de cuarenta años, en un taller del maestro Agustín Alezzo. Con el correr del tiempo, forjaron una fuerte amistad, que se mantiene hasta la fecha. Sorpresivamente nunca antes habían actuado juntos. Seguramente el destino les estaba reservando una gran obra para que coincidieran y El Cazador y El Buen Nazi sin dudas lo és. Lo curioso es que los grandes amigos, actúan finalmente, juntos en una obra en la que sus personajes son grandes enemigos. 

La composición de Jean Pierre en el papel de Wiesenthal tiene una sensibilidad y una potencia que no podemos dejar de mencionar. Se lo nota fuertemente identificado con el personaje y esto le otorga mucha credibilidad al mismo. Estupenda su actuación y tiene un plus que la hace aún más especial. Al final de la función, el mismo Noher  cuenta a los espectadores, que la obra lo involucra de manera absoluta, debido a su fuerte historia de vida, ya que su padre escapó de un campo de concentración nazi y vino para Argentina, pero sus abuelos no pudieron hacerlo, porque fueron asesinados en las cámaras de gas de Auschwitz. Les aseguramos que aún nos dura la emoción, por las palabras del protagonista y por una actuación plena, que sin dudas, resulta un hermoso homenaje a sus abuelos.







Y que decir de Ernesto Claudio, una animal de teatro, un todo terreno, que acá tiene ponerse el traje de villano y representar a un nazi, que por todos los medios quiere salvar sus culpas y lograr la absolución de sus delitos, como si eso fuera posible. Sin dudas un gran desafío para Ernesto, el personaje que le tocó y con todo oficio lo saca adelante en gran forma, sabiendo ocupar ese segundo plano que le pide le texto. Gran dupla la que conformaron ambos protagonistas, con gran química entre ellos y redondeando interpretaciones que elevan una dramaturgia exquisita.

Vayamos a la puesta y una yunta que no falla, decimos esto, porque ya nos resulta familiar, que cuando tenemos un texto de Diament, aparece la dirección de Daniel Marcove para potenciarlo, en una dupla que a estas alturas, ya es sinónimo de buen teatro. Aquí además del gran acierto de la elección de los protagonistas, presenta una puesta muy dinámica, que sabe insertar momentos de humor, en una trama oscura. Un ítem que queremos destacar es el dispositivo escénico, rubro a cargo de Héctor Calmet y Paula Molina, que presentan una oficina cargada de expedientes y elementos varios que contribuyen a ambientar muy bien el relato.







No queda demasiado más para agregar, resulta altamente gratificante que nuestro teatro presente este tipo de propuestas que nos traen al presente hechos históricos tan horrorosos como el Holocausto, que la humanidad nunca debe olvidar y debe tener siempre presente, para que nunca volvamos a vivir una barbarie semejante, ya que muchas veces, los villanos cambian de ropa y de nombre, pero con discursos semejantes, aparecen cada tanto en escena, presentándose como salvadores, ante situaciones de crisis.

Sin dudas, vivimos una gran noche de teatro, plena de emociones, en un Tinglado que un Lunes de invierno, lució colmado como pocas veces y se dio el lujo de poner el cartel de localidades agotadas, algo que se explica por la calidad del texto y de las actuaciones. El Cazador y el Buen Nazi, resulta una de sus obras de visión obligatoria, ya que nos ayuda a recordar lo peligroso que puede resultar un discurso totalitario y la promesa de soluciones mágicas, que en realidad esconden la mayor de las barbaries. Y cerramos esta reseña, con una frase oportuna, como la que dice que un pueblo sin memoria, es un pueblo condenado a repetir su pasado, por eso valen tantos estas propuestas.



Pensador Teatral.



jueves, 14 de julio de 2022

Astor, nosotros

Idea y Dirección General de Leonardo Cuello.






Viernes 20 hs en Centro Cultural de la Cooperación ( Av. Corrientes 1543 )

Una distinguida noche musical disfrutamos con Astor, Nosotros, el espectáculo ideado por Leonardo Cuello y ejecutado por su compañía, en un espectáculo de tango danza, que combina lo tradicional con lo moderno, resultando un hermoso homenaje al gran Astor Piazzola, con motivo de cumplirse los 100 años de su nacimiento.

Por si fuera necesario y algún lector, no conoce la relevancia  que tuvo Piazzolla, contemos que este hijo de inmigrantes italianos, nació en Mar del Plata en 1921, pero de pequeño marchó con sus padres a vivir a New York. Cuando tenía 8 años, su padre le regaló su primer bandoneón y desde allí su figura quedaría asociada a ese noble instrumento. En La Gran Manzana, conoció a Carlos Gardel, con el que cultivó una larga amistad. La carrera de Astor, se desarrolló entre el Nuevo y el Viejo Mundo. De vuelta a la Argentina se radicó en Buenos Aires y fue bandoneonista en las orquesta de Miguel Caló y  Anibal Troilo.






Con el correr de los años, perfeccionó su técnica, a la vez que su prestigio aumentaba en Europa y se generaban polémicas en nuestro país, ya que su estilo se animaba a renovar a través de su bandoneón y sus composiciones, a un género tan tradicional como el tango, generando una nueva estética musical, que marcó a las generaciones más jóvenes de artistas relacionados con la música popular porteña. Entre sus composiciones más famosas, podemos mencionar Adios Nonino, Balada para un Loco, Libertango, Otoño Porteño, Buenos Aires Hora Cero, por nombrar solo algunos temas que todos alguna vez disfrutamos, ya que podríamos seguir con las menciones.

Más allá de cualquier polémica generada, hoy todos coinciden en que Piazzolla llegó para cambiar al tango. Muchos sostienen que fue un adelantado para su época y tal vez por eso, algo incomprendido por sus contemporáneos. Fue un verdadero embajador que llevó el tango argentino por todo el mundo. Y hoy todos coinciden en que fue unos de los músicos más importantes del Siglo XX y uno de los compositores más importantes de tango en todo el mundo.







Se hizo algo larga la introducción, pero entendemos que su figura lo merecía. Yendo al espectáculo que nos convoca, Cuello, destacado coreógrafo y maestro de tango, busca recorrer el universo del gran bandoneonista, sin seguir un orden cronológico de sus obras, ni caer en las normas habituales del género, prevaleciendo el espíritu libre del artista, que se refleja en un espectáculo moderno que conjuga danza y teatro, creando un ámbito donde la modernidad estará presente, mostrando que el tango puede aggiornarse a estos tiempos.

Son diez los bailarines en escena, que de manera variada irán ejecutando bellas coreogafías. No queremos adelantar demasiado, para mantener la sorpresa, pero en los diferentes cuadros, veremos múltiples ejecuciones, parejas tradicionales, hay baile de mujeres muy sensual, una cuadro de dos hombres, en varios momentos, estarán los diez artistas al mismo tiempo, es decir veremos combinaciones diversas, que generan que el público esté siempre atento, esperando una nueva coreografía, siempre con las melodías de Piazzolla de fondo.







No somo expertos musicales, ni en danza, pero el espectáculo tiene la virtud de ser apto para todos los públicos, apostando a una puesta muy bella desde lo estético y cargada de poesía. La obra tiene un aire urbano que no es casual. Piazzolla fue un compositor de urbe, de ciudad. Buenos Aires estuvo siempre muy presente en sus composiciones y eso es algo que se ve reflejado en la puesta, que presenta imágenes y sonidos, característicos de la ebullición permanente de la gran ciudad.

Como dijimos son diez los bailarines en escena, pertenecientes todos ellos a La Compañía de Leonardo Cuello, la gran mayoría de ellos muy jóvenes, mostrando que el género del tango no tiene edad y siempre puede mostrar una cara moderna, que resulta atractiva. Los cuadros muestran la destreza de los bailarines y se disfrutan mucho, todos tienen algún momento en la trama reservado paar destacarse. Vamos a mencionarlos, porque sus trabajos, lo ameritan, nos referimos a Ayelén Alvarez Miño, Jimena Calarco, Juan Pablo Del Greco, Federico Ibañez, Marilú Leopardi, Quique Lopez, José Lugones, Esteban Simón, Julia Urruti y Laura Zaracho . 

Punto a destacar de la puesta, el perfecto sonido que tiene el espectáculo, se escucha con la potencia y la claridad adecuada. Parece una obviedad mencionar esto, pero no siempre se cumple en musicales, aquí funciona perfecto, siendo alguno fundamental para el disfrute del show. Se destaca el original diseño escenográfico que se presenta, estructuras metálicas móviles que marcan el pulso de los cuadros y que obligan a que además de baile, veamos algunas acrobacias de los bailarines. Este ítem está a cargo de Nora Churquina, que además es la encargada del magnífico vestuario que tienen los protagonistas, con muchos cambios. Son muchos los elementos que contribuyen para lograr la belleza escénica que presenta el espectáculo.






Celebramos entonces la idea de Leonardo Cuello, que en sintonia con las ideas modernas de Piazzola, presenta un espectáculo moderno, con el tango como idea central, pero también con momentos románticos y coreografías donde la poesía se impone. En todo el show, hay un toque contemporáneo que logra mantener el espíritu del artista, aún con una puesta moderna, logra preservar la esencia del universo piazzolleano.

Como conclusión, un gusto haber podido disfrutar de una distinguida noche musical, de la mano de talentosos bailarines que logran transmitir la energía de un género como el tanguero, que muestra su vigencia y tan arraigado a Buenos Aires, resultando un sentido homenaje a Astor Piazzola, en el centenario de su nacimiento. Y creemos que la mejor manera de cerrar esta reseña, es con una frase suya, que impacta: La música es el arte más directo, entra por el oído y va al corazón... Es la lengua universal de la humanidad... . Y luego de ver Astor, nosotros, solo nos queda dar fe de la veracidad de su sentencia.


Pensador Teatral.-



viernes, 8 de julio de 2022

Shamrock

Dramaturgia de Brenda Howlin. Dirección de Nano Zyssholtz.





Viernes 21 hs en Teatro Beckett ( Guardia Vieja 3556 )

Una hermosa sorpresa nos llevamos viendo Shamrock, este rico texto escrito por Brenda Howlin, que en clave de humor y con una trama muy divertida, nos hablará de la inmigración en la Buenos Aires del 1900, pero aquí no serán españoles o italianos los que llegan, sino que se trata de inmigrantes irlandeses, que dejaron su país debido a la hambruna desatada, cuando una plaga atacó a la papa, principal alimento de la población, causando desnutrición y epidemias, provocando que muchos irlandeses, debieron dejar su patria.

La elección del tema de la obra, que surgió de un taller de dramaturgia, no es casual, ya que la autora tiene familia irlandesa por parte de su padre. Ese fue el disparador para que en su mente se materializara la imagen de una irlandesa bajando de un barco, como comienzo de la historia a contar. Brenda eligió escribir la historia en verso, algo que resultó todo un desafío tanto para ella, como para los actores, pero una vez logrado, esto queda plasmado en un texto extremadamente divertido, ya que muchas veces para llegar a la rima, los personajes tienen que forzar alguna frase para cumplir la métrica y eso le dá un toque desopilante y muy gracioso a alguno de los parlamentos.







La trama se inicia, con la llegada al puerto de Buenos Aires de Mery ( Carolina Setton ), una chica irlandesa virgen y inocente, que casi fue subida a la fuerza al barco por su familia, que parecía querer librarse de ella. Aquí en teoría la estaría esperando su prometido, Dido Clancy ( Pablo Kusnetzoff ) que llegó de tierras irlandesas hace ya un tiempo y estaba afincado en la ciudad. Pero Dido no aparece. Quien está en el puerto, es Patrick ( Alejandro Gigena ), jóven irlandés, llegado hace un tiempo también a Buenos Aires. El está esperando que desde ese barco baje su prometida. Pero su novia tampoco bajará y quien le dá la noticia es la propia Mery, que le entrega una carta dirigida para él, donde la ahora ex, le anuncia la rotura del noviazgo y como consecuencia de ello, la cancelación de su viaje.

El encuentro se produce de manera natural, la recién llegada, está desconcertada por el plantón y no sabe donde ir, pero Patrick que estaba triste y solo, se ofrece a ayudarla a moverse en una ciudad que le resulta desconocida, Él conoce a Dido y le cuenta que la dejó plantada por otra mujer que conoció en Buenos Aires. Para aliviar las penas, la invita a comer un pebete en el Café Tortoni y allí dará comienzo una serie de enredos y de situaciones graciosas, que arrancan y no pararán más, generando las risas del público, que sigue encantada una trama tan desopilante como graciosa.







Patrick llevará a Mery, al Hotel de los Inmigrantes, ya que allí puede quedarse gratis un par de días. Quien atiende el hotel, es Rita ( Justina Grande ) una porteña voluptuosa y temperamental que no la recibe de muy buena manera. La casualidad quiere que justamente Rita, sea la mujer que conoció Dido en Buenos Aires y que es su actual novia. Los minutos de Mery allí parecen contados, ya que de mala manera, le comentan que el hotel está completo, pero sacará un as de la manga, unos scones que trajo para comer en el barco desde su Irlanda natal. Rita y su jefe prueban esos deliciosos scones y quedan enloquecidos. El trato surge al instante, Mery se puede quedar alojada allí y con empleo, ya que trabajará en la cocina, preparando ese manjar irresistible, gracias a la receta familiar.






Las mujeres engañadas por el mismo hombre se harán amigas y se darán momentos muy divertidos, entre ellas y los hombres irlandeses. No queremos contar más, para mantener las muchas sorpresas que la trama nos tiene reservada. Solo diremos que la obra recorrerá lugares emblemáticos de Buenos Aires, como el Café Tortoni, la Confitería Las Violetas y El Rosedal. Además tendremos una escena muy graciosa que parece salida de una película muda y momentos musicales bellísimos, donde el tango y la música celta dirán presente.

 El relato y la trama tienen una variedad de recursos y una creatividad, que supera con creces lo habitual en el teatro independiente y esto provoca que Shamrock ( nombre que recibe el trébol verde de tres hojas, símbolo oficial de Irlanda ), sea una obra angelada, una comedia muy divertida, que el público disfruta muchísimo. Y eso que todavía no hablamos de las actuaciones que presenta la pieza, magníficas todas ellas y por ello les vamos a dedicar una párrafos a las mismas.

Arranquemos por Carolina Setton, que dá vida a una amorosa Mery, que baja asustada del barco, dispuesta a cumplir el mandato de su familia, que la enviaba para que se casara con el hombre al que ellos habían elegido, pero que a medida que la trama avanza irá ganando en autoestima y buscará cumplir su sueño, de ser una mujer independiente, algo que en  aquella época no era normal, pero guiño de la dramaturgia mediante, que se aggiorna a estos tiempos, aquí lo veremos. Encantador personaje el de Mary.

Otro personaje muy querible es el Alejandro Gigena como Patrick, un irlandés torpe y muy divertido, de enorme  corazón, pero muy poca suerte con las mujeres. En nuestra opinión el personaje más divertido de la historia, jugando mucho con lo corporal y con unos pasos de clown, en algunos momentos que no vamos a revelar aquí y que provocarán risas al por mayor en la platea. 






La cofradía irlandesa se completa con Pablo Kusnetzoff, como Dido Clancy, un genteleman irlandés, mujeriego y verdadero encantador de serpientes, que realiza una composición magnífica. Sorprende con un inglés perfecto, que utiliza cuando a su personaje le conviene, al igual que algunos trucos de magia, que incorpora en su actuación en los momentos oportunos. Pablo, al que conocimos por su excelente trabajo en El Centésimo Mono, entrañable obra del off, además de ser un gran actor, es un eximio mago, habilidad que en una trama tan variopinta como esta, encuentra su espacio. En actuaciones muy parejas y seguramente, siendo injustos con el resto, a nosotros la de Pablo, fue la interpretación que más nos gustó.

Completa el virtuoso elenco, Justina Grande, como Rita, la única porteña de la historia, que resulta un verdadero torbellino en escena, con las emociones a flor de piel y una energía desbordante, para componer un personaje atolondrado, que se luce en el grotesco. Muy bueno de lo Justina, Se hizo algo larga la descripción del elenco, pero realmente las actuaciones son muy destacadas todas y merecían las menciones. Cuando ustedes vean la obra, confirmarán los que les decimos y seguramente como en nuestro caso, elegirán su personaje favorito, algo que les resultará sencillo. Si ya vieron a obra, pueden indicarlo en las comentarios, quien es su favorito.

Tenemos que dedicar al menos un párrafo a la estupenda puesta que nos propone desde la dirección Nano Zyssholt, donde el humor y el teatro físico serán elementos fundamentales para la dinámica que tiene el relato y que hace tan entretenida a la historia. Hay que mencionar también el ingenioso diseño escenográfico de Marcos Murano, que modificado por los propios protagonistas en escena, recrearán diferentes locaciones. El vestuario de época de Julieta Harca, aporta un toque de distinción a la historia y a no olvidarnos de la música celta, gran acompañante del relato.







Ya hemos contado mucho en estas líneas, solo concluir, que nos gustó encantó la propuesta de Shamrock, que con mucho ingenio, humor y escrita en verso nos contará una bella historia de inmigrantes irlandeses, que como tantas colectividades, en aquellos años, llegaron a la Argentina escapando de las guerras y las hambrunas, buscando un mejor porvenir en estas tierras que tanto prometían, algo que nos llena de tristeza, si miramos nuestra triste actualidad, un siglo más tarde.

Pero Shamrock, no deja espacio para estar triste, es una riquísima propuesta del teatro independiente, que nos hará reír mucho, apoyándose en una dramaturgia tan creativa como desopilante, una puesta muy divertida y las estupendas actuaciones del talentoso elenco reunido. La ovación de que recibieron los protagonistas al final de la función, fue de las más grandes que vivimos este año y bien merecida que estuvo, saliendo los espectadores de la sala, plenos de teatro y tarareando los cantos de las gaitas que resuenan en el aire del Beckett.



Pensador Teatral.



martes, 5 de julio de 2022

Torna Amore

Dramaturgia de Agustín Meneses. Dirección de Sebastián Irigo.






Miércoles 20 30 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )

Una propuesta entrañable y muy querible, llega de la mano de Torna Amore, texto escrito por Agustín Meneses, que nos presenta una historia que se desarrolla en un pueblito del interior, como tantos en nuestro país, en donde casi todos se conocen y casi nada puede hacerse sin que en breve todos se enteren, Los eventos sociales son contados y la hora de la siesta es sagrada. Son pueblos que parecen detenidos en el tiempo y sus habitantes en sintonia con ello, parecen disfrutar de esa rutina diaria, que pocas veces se altera.






Allí en ese pueblo creado por Agustin, está Vivi ( Mayra Homar ) una mujer de edad madura, que vive junto a Gloria ( Marita Ballesteros ) su madre que está en una edad, en la que por momentos se pierde, se le olvidan algunas cosas y necesita asistencia permanente. Al observar las primeras escenas, nos daremos cuenta, lo difícil que resulta la tarea para Vivi, no es fácil tener que lidiar con una madre, que pese a tener un grado de deterioro cognitivo, siempre se las arregla para pelearla un poco y parece disfrutar un poquito cuando la hace enojar o la pone en ridículo

Este fin de semana es especial en el pueblo, porque en la plaza principal se celebrará una fiesta patronal y nadie se quiere perder los festejos previstos. Este año la celebración tendrá un invitado especial, ya que la conducción del evento principal, estará a cargo de Emilio, hijo dilecto de aquella ciudad, que retorna a su tierra de orígen, luego de haber partido hace muchos años a Buenos Aires, donde desarrolló una carrera muy exitosa en la televisión.

Cuando Vivi, se entera de la vuelta de Emilio, el mundo parece se le dá vuelta. Ella recuerda muy bien que  hace treinta años, quien ahora es el personaje más famoso del pueblo, se marchó de un día para otro. Lo recuerda muy bien, porque eran novios y soñaban con un futuro juntos. Pero la vida tenía otros planes para ellos y cada uno hizo su vida. Emilio en la gran ciudad, además de triunfar en la televisión, se casó y tuvo un hijo que ya es todo un adolescente. Y Vivi se quedó en el pueblo que la vió nacer, soltera y a estas alturas, dedica casi full time a cuidar a su madre.






No queremos contar mucho más del argumento para mantener el suspenso, solo diremos que hace unos años Emilio perdió a su esposa en un accidente. Ahora está solo y uno de los motivos de su vuelta al pueblo, era volver a Vivi. Ella sigue enojada, herida por aquella ida rauda, sin volver en tantos años. Pero verlo de nuevo a su ex, la revoluciona, le tiembla el piso y le trae muchos recuerdos, además de hacerla reflexionar acerca de su vida actual, que no parece nada agraciada. Para colmo Emilio le hará una propuesta muy tentadora, que la pondrá entre la espada y la pared, ya que tendrá que tomar una decisión muy compleja.

El relato es muy divertido, el humor está presente a lo largo de la trama, de la mano de un elenco que da vida a personajes queribles  y ungidos con ese encanto pueblerino que el autor tan bien retrata. Y si bien el nudo principal de la historia es el reencuentro amoroso comentado, hay otras historias paralelas a seguir,  como el vínculo que establece Vivi con su madre, donde los roles se invierten y la hija se debe convertir en madre. Habrá además un amor adolescente, chismes de vecinos, el lorito Fresco al que extrañan y muchas sorpresas más.

Como decimos muchas veces,, podemos tener una dramaturgia virtuosa, pero si luego no se encuentran luego los intérpretes para llevarla adelante, todo puedo quedar a mitad de camino, algo que aquí no ocurre. Todo lo contrario, se reunió un muy buen elenco, que logran humanizar, dar credibilidad y potenciar el texto.






Arranquemos por Mayra Homar, la protagonista principal de la historia. La que reflexiona acerca del amor, los miedos y las obligaciones. Se pude dar una segunda oportunidad a un amor ??? Podemos dejar de cuidar a nuestra madre y disfrutar de la vida propia ?? Es lógico que a esta altura, encerrada en ese pueblo, no haya siquiera conocido el mar. Las preguntas del personaje son muchas y su estupenda interpretación las irá resolviendo de la mejor manera. Gran trabajo de Mayra, una actriz que siempre rinde, una vez más volvemos a verla y quedamos encantados con su trabajo.

Sigamos con Marita Ballesteros, actriz de gran trayectoria, que realiza una composición sorprendente, de Gloria, una madre anciana y mañosa, que requiere la atención y dedicación de su hija mayor, mostrando como los roles se invierten y ahora quien cuida es la hija. Un personaje  muy divertido el de Gloria, con la ternura e impunidad que muchas veces tienen los mayores, que tanto cariño necesitan y debemos brindarle. Estupendo lo de Marita y una satisfacción ver a a una actriz de su relevancia, y jerarquizando el teatro independiente.

Continuamos con Rubén de la Torre, como Emilio, el famoso que vuelve a su pueblo natal y que se expone a la opinión del otro.  Algunos están contentos con su vuelta y otros no le perdonan haberse ido. Muy buena su interpretación. Benicio Chendo, como Teo, como su hijo, le dá un toque urbano a la pieza y es bueno el choque que muestra la trama, de un joven de ciudad que llega a un pueblo chico, admirando su calma, aunque le cuesta entender sus códigos.






Para el final dejamos a Malena Resino, como Marita, siendo para nosotros la gran revelación de la obra y más aún cuando nos enteramos que este es su debut teatral. Aporta frescura, ternura y un aire de bondad / ingenuidad , tan compatible con las personas que viven en pequeños pueblos del interior. Una hermosa interpretación y un debut más que auspicioso el de Malena, a la que no tenemos dudas veremos pronto, en nuevos papeles, trás semejante carta de presentación.

La puesta de Sebastián Irigo, le otorga muy buena dinámica al texto, la hace muy atractiva, jugando mucho con el interior y exterior de la casa. En esto tiene que ver el estupendo bueno diseño escenográfico de José Escobar, siempre una garantía en este rubro. Hay también un buen aporte musical, con temas populares, que suenan de fondo, separando algunas escenas. Otro mérito de Santiago, es saber repartir el juego y darle a cada personaje su espacio para lucirse. Son cinco los actores en escena y todos tienen momentos reservados para destacarse, que saben aprovechar.





No queda mucho más para comentar, nos gustó mucho la propuesta de Torna Amore, que nos habla de historias cotidianas y cercanas, marcando los complejo que pueden resultar los vínculos humanos, las vueltas del amor, los mandatos sociales y la mirada del otro que siempre está lista para juzgarnos. Además pone el foco, en los miedos que todos tenemos y que muchas veces pueden dejarnos paralizados por años en algunos casos, el problema de estos, es que cuando nos damos cuenta y nos queremos despertar, por diversas causas, podemos llegar a descubrir que ya es demasiado tarde.

Disfrutamos de una entrañable noche de teatro en El Extranjero, con la delicada dramaturgia de Agustín Meneses, que nos traslada a un pueblito de nuestro interior, para que podamos ser parte de una hermosa historia mínima, de la mano de un elenco talentoso, que se entrega al texto con pasión y nos regala una historia muy tierna de amor, para reír y reflexionar acerca de como la vida transcurre de manera inexorable y el tren de las oportunidades, muchas veces pasa solo una vez frente a nosotros.



Pensador Teatral.



sábado, 2 de julio de 2022

Mandinga

Dramaturgia de Diego Damián Martínez. Dirección de Yamil Ostrovsky.






Sábados 21 30 hs en Teatro Hasta Trilce ( Maza 177 )

Hay propuestas teatrales que por su temática, resultan especialmente atractivas y sin dudas que Mandinga, el Diablo que vino de África, es una de ellas. Unipersonal escrito por el dramaturgo entrerriano Diego Martínez, que nos hablará de la afrodescendencia en Argentina, un tema muy poco tratado en el teatro y en general en nuestra sociedad, que prefiere ignorar la cuestión, en vez de analizar las razones, de la casi desaparición de la descendencia afro en nuestro país.

El texto de Martínez, juega con mucha habilidad, entre la realidad y la ficción, haciendo referencia a hechos de nuestra historia, que se remontan a la época colonial, cuando desde África partieron más de 60 millones de personas hacia América, con destino de esclavitud, pero solo llegaron 12 millones con vida. También se menciona la presencia afro en la época de la colonia y como las primeras líneas de los ejércitos que buscaban la Independencia, estaba conformado por soldados de raza negra, que eran verdadera carne de cañón.








Al tema histórico, el autor le agrega realidad, la discriminación que sufren los argentinos de raza negra que viven en nuestro país y que son tratados como si fueran extranjeros o peor aún, acusados de venir de otros países a quitarle el trabajo a los argentinos. En la sociedad hay una creencia profundamente arraigada, de que no hay negros argentinos, algo que además de ser falso, genera mucha bronca y situaciones injustas en los descendientes afro, que se sienten permanentemente discriminados y mirados como si fueran intrusos en su propio país.

Solo con esos ingredientes la dramaturgia es muy atractiva, pero el autor le suma un ingrediente más, de tinte fantástico, ingresando en el texto la leyenda de Mandinga, el diablo negro creado por el Dios blanco, aquel al que invocan seres sufrientes en situaciones límites. Quien no ha escuchado alguna vez la frase es Cosa de Mandinga ... cuando sucede algo difícil de explicar. ?? Aquí la leyenda tiene una interpretación propia, que se relaciona con los padecimientos que sufrieron millones de personas de raza negra a lo largo de la historia, apareciendo temas ancestrales y reivindicaciones ante tantas injusticias soportadas. 








Los espectadores siguen la trama, en un silencio absoluto, casi con devoción, el relato realmente es cautivante y tiene una cuota de suspenso importante, por lo que no queremos adelantar más nada, para que se sorprendan cuando vean la obra, porque eso si podemos adelantarlo, de ninguna manera pueden dejar de ver Mandinga, una historia fascinante que el teatro independiente nos acerca.

Es momento de hablar del gran protagonista de la noche, porque este texto tan especial, encuentra el intérprete ideal para llevarlo adelante. Nos referimos a Mauricio González, actor uruguayo que vive en Buenos Aires ya hace un par de años , abrazando el texto con pasión y con orgullo. En la entrega que le imprime a su interpretación, se nota la identificación que tiene con el proyecto y las ganas que tiene de transmitir las verdades y las problemáticas de una descendencia a la que injustamente quieren invisibilizar, haciendo de cuenta que no existe.






La composición de Mauricio resulta hipnótica, con una presencia escénica que impresiona. Está solo en el amplio espacio escenario de Hasta Trilce, solo con un saco, que entre otras funciones, será una pieza fundamental para su gran metamorfosis, ya que por momentos será el mismo, el que viaja en subte por la ciudad, el candidato en el centro de estudiantes de la facultad y el que sufre una profunda pena de amor. Y en otros momentos será Mandinga, aquel demonio negro. La transformación es asombrosa, su trabajo corporal, los cambios en sus expresiones, su forma de hablar, de caminar, etc.  Fantástica la composición de Mauricio, en una interpretación que emociona y conmueve.

Hay que dedicar un párrafo especial a la dirección de Yamil Ostrovsky, reconocido coreógrafo, que pone especial énfasis en el teatro físico, contando para ello con Mauricio que tiene la plasticidad y la capacidad de ejecutar coreografías muy logradas, que potencian su composición. La puesta es bella y despojada, aquí el centro de la atención lo tiene el protagonista. Un ítem que tenemos que destacar de la puesta, es la música original de Carlos Ledrag, que resulta gran acompañante del relato.





Entendemos que ya hemos contado lo suficiente, Mandinga, El Diablo que vino de África es una obra realmente convocante y le auguramos larga vida. En su segunda temporada en cartel, está recibiendo excelentes críticas y está teniendo una gran recepción por parte del público, agotando localidades en todas sus funciones, un verdadero logro, ya que no es sencillo llenar una sala de gran capacidad como Hasta Trilce, lo que demuestra el valor del boca a boca.

Recomendamos especialmente la obra, la situamos sin dudas entre las mejores que vimos en el año. Valiosa por donde se la mire, ya que toca un tema inédito en nuestro teatro, como el de la afrodescendencia en Argentina y lo hace de la mano de una dramaturgia muy atractiva, que invita a tomar conciencia, sin caer en golpes bajos. Al virtuoso texto, le debemos sumar una puesta realmente bella y por supuesto la enorme composición de Mauricio González, que emociona y conmueve. La larga ovación que el público, le tributa al protagonista, al final de la función, es el broche de oro, para la gran velada de teatro independiente vivida.


Pensador Teatral.


viernes, 1 de julio de 2022

Pajarita

Dramaturgia y Dirección de Guillermo Parodi.






Viernes 20 hs en Teatro del Pueblo ( Lavalle 3636 )

Una estupenda idea la de Guillermo Parodi, trayendo a escena un texto de Roberto Arlt, considerado uno de los más grandes escritores argentinos del Siglo XX. Hijo de una humilde familia de inmigrantes, encontró en el periodismo, su medio principal de subsistencia. Precisamente siendo cronista de policiales en el Diario Crítica, Arlt cubrió en 1927, el suicidio de Sofía, una humilde mucama inmigrante que se arrojó a las vías del tranvía, sin tenerse del todo claras las causas, siendo un caso que tuvo mucha repercusión en aquella época.

Aquel caso inspiró a Roberto Arlt, a escribir 300 Millones, texto que partiendo de un hecho verídico,  incorporó elementos surrealistas, jugando con el absurdo y lo onírico, para crear una historia fantástica, donde aquella humilde mujer, luego de recibir una herencia de trescientos millones de pesos, puede construir en su imaginación, aquella vida que hubiera soñado tener. 







Como dato de color, comentar que la obra 300 Millones se estrenó en 1932, precisamente en el viejo Teatro del Pueblo y 90 años después, Guillermo Parodi partiendo de la obra original de Arlt, decide reescribir aquel texto, con algunas adaptaciones y licencias para aggiornala a estos tiempos, pero siempre respetando la esencia y la idiosincrasia de la obra original.

En Pajarita, Sofía, interpretada por Lorena Szakely,  ya no es una mucama, sino una indigente que recorre las calles con un carrito de supermercado, que funciona como su hogar rodante. Se cruzará en su camino, con un enigmático constructor de sueños, interpretado por Pablo Mariuzzi, que como una especie de genio de la lámpara, simplemente la invita a desear. El mismo le aclara, que está allí, para cumplirle todos sus sueños, algo que suena muy tentador, pero que para Sofía resulta algo difícil, un poco porque le cuesta creer que aquella posibilidad fuera posible y otro poco, ya que al estar sumida en la pobreza profunda, le cuesta mucho imaginar que tendría si fuera millonaria.







El relato es muy rico en imágenes, lo onírico está muy presente, lo fantástico será el hilo conductor en el escenario, a partir de una serie de personajes que formarán parte de esos sueños de Sofía, interpretados por Pablo Mariuzzi, de manera magistral, pero ya pronto hablaremos de ellos. La trama de Guillermo, incorpora a la obra original, algunas aspectos interesantes de la historia argentina, que no queremos adelantar y otras de la cultura popular, como por ejemplo, la aparición de Rolando Rivas, el taxista que protagonizó la telenovela que fue furor en los años 70.

No queremos contar mucho de la trama, para que se sorprendan al verla, solo decimos que la creatividad vuela muy alto aquí, lo que representa un gran desafío para la dupla protagónica conformada por Lorena Szekely y Pablo Mariuzzi. Arranquemos por Lorena, una actriz muy versátil, que muestra estar totalmente a la altura de este exigente protagónico, componiendo a una Sofía ingenua, que resulta un personaje muy querible, siendo muy gratificante verla sonreír cuando cumple sus sueños. Muy buen trabajo de Lorena.







A Pablo Mariuzzi, lo tenemos catalogado ya como un gran actor y lo elogiamos en varias oportunidades en este sitio, recordando aún su fenomenal composición en el unipersonal Un Señor Alto, Rubio y de Bigotes. Acá que Pajarita, con una presencia escénica imponente, se encarga de desdoblar a todos los personajes oníricos, dándoles el toque de glamour y fantasía que piden, siendo el Rocambole de la obra original de Arlt, aquel que facilita los sueños de Sofía, el demonio, la madame de un prostíbulo, el galán y hasta el mismísimo  Rolando Rivas. Excepcional lo de Pablo, aportando distinción a la obra, con una interpretación enorme, que además rompe la cuarta pared, ya que interpela al público en varios pasajes de la obra, renegando por la difícil tarea que le tocó en suerte. 

Las estupendas actuaciones que presenta la obra, se apoyan en una puesta atractiva y muy cuidada desde los estético que propone el director. Hay un componente musical muy importante en la trama, destacando en este rubro a Juan Pablo Martini, a cargo de la música original. En tanto que las canciones que se escuchan en off, pertenecen al propio director y a su madre, nada menos que Teresa Parodi. Otros rubros a destacar, el creativo diseño escenográfico de Fernando Diaz y Analia Schiavino y el vistoso vestuario de Jorgelina Herrero Pons y Tití Suarez, que se lucen principalmente en los personajes que desdobla Pablo. Ambos ítems, al igual que el diseño lumínico le otorgan belleza adicional a la puesta.





En definitiva, celebramos la idea de Guillermo Parodi, de rescatar la primera obra teatral de Roberto Arlt, que muestra una enorme vigencia, ya que nos habla de reivindicaciones sociales y sueños colectivos, potenciando el texto original, sin traicionar su espíritu, muy por el contrario, logra revalorizar la historia original, siendo un verdadero homenaje a aquella obra estrenada hace 90 años en el viejo Teatro del Pueblo y que ahora vuelve en el mismo teatro, ubicado en su nuevo barrio de Abasto.

Los invitamos a que descubran el rico universo de Arlt, un autor adelantado para la época, disfrutando esta bella y sensible historia, que cobra vida gracias a las exquisitas interpretaciones de una dupla protagónica que se luce muchísimo y de una puesta que nos invita a navegar en el mundo de los sueños, que a la mayoría de los argentinos, lamentablemente tanto les cuesta alcanzar.



Pensador Teatral.



martes, 28 de junio de 2022

Rota

Dramaturgia de Natalia Villamil. Dirección de Mariano Stolkiner.







Sábados 20 hs / Martes 20 30 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )

Antes de ver la obra, sabíamos que estábamos en presencia de uno de los sucesos teatrales del año, con gran repercusión en la prensa y lo que más valoramos nosotros, el boca a boca funcionando a pleno, habíamos recibido numerosos comentarios de gente del ambiente, que nos recomendaban la pieza y no podían creer que todavía no la habíamos visto, algo que podíamos explicar fácilmente, comentando que desde el estreno, la pieza viene agotando funciones con varias semanas de anticipación.

Al finalizar la función, nos quedamos con la certeza, de que aunque veremos muchas obras en lo que resta del año, será muy difícil que Rota, quede afuera del podio de las mejores obras del 2022. Semejante afirmación puede ser hecha, porque aún seguimos conmovidos por la crudeza de un texto desgarrador escrito por Natalia Villamil, la potencia de la puesta que propone Mariano Stolniker y principalmente por la descomunal composición de Raquel Ameri, con una entrega que conmueve.







Y de que nos habla Rota ?? Principalmente del profundo dolor de una madre que no puede superar la muerte de su hijo. Está sola, desesperada y además siente culpa por no haber actuado diferente. Si esa noche maldita, ella le hubiera abierto la puerta, tal vez la tragedia se hubiera podido evitar, aunque si pudiera pensar con claridad, algo que en el estado de trance en el que se encuentra es imposible, se daría cuenta que el final estaba escrito de antemano y que si el drama no era esa noche, hubiera sido cualquier otra.

Cómo se puede seguir adelante en la vida después de semejante tragedia ??? En el barrio donde vive, los vecinos la evitan, se cruzan de vereda cuando la ven. Dicen que está loca y eso la enerva. No se dan cuenta que es una madre que está herida, devastada y necesita explicaciones, saber como fueron los últimos instantes de su hijo. Y para ello, tendrá que visitar la comisaría y rogar que el cabo de turno se apiade de ella y le cuente como fueron esos minutos finales.






El estupendo texto de Natalia Villamil, tiene entre muchas virtudes, presentar la historia de a poco, no ofrece toda la información de entrada. Irán apareciendo piezas y el espectador con las mismas, irá armando la historia completa. Claro ejemplo de esto, es que el comienzo del relato, sabemos que la protagonista llora la muerte de su hijo. Promediando la historia sabremos que se suicidó, ante los ojos de la policía. Y casi sobre el final de la historia, tendremos la revelación del motivo que lo llevó a tomar tan drástica decisión, con lo que el rompecabezas de la tragedia cerrará de manera completa y se tomará real dimensión de lo sucedido.

Aquel espectador atento a la interpretación de Raquel o algún detalle de la escenografia, podrá intuír el desenlace, pero es un gran acierto que para llegar al mismo, haya que recorrer todo un camino, algo que contribuye a mantener el suspenso de un relato, conducido de manera magistral por la protagonista. Nosotros lógicamente, no vamos a adelantar más nada en cuanto a esta resolución, para que usted lector, lo descubra cuando vea la obra, que es sin dudas la intención de la autora, que escribió este texto tan crudo, como actual y pese a la dureza del mismo, supo poblarlo de metáforas e imágenes visuales, que enriquecen mucho, a una dramaturgia que no dá respiro.

Llega el momento de hablar de la gran protagonista de la noche, nos referimos a Raquel Ameri, una actriz de enormes recursos, a la que conocimos en Millones de Segundos, multipremiada obra del off, en la que interpretaba a un varón trans con síndrome de Asperger, realizando una composición tan conmovedora, que aún hoy la recordamos. Aquella interpretación, le valió ganar el Premio ACE 2010, como Mejor Actriz Teatro Alternativo.







Y luego de haberla visto en Rota, podemos aventurar que tanto la obra, como su trabajo, van a seguir la misma senda de premios. Raquel, aquí compone a una madre atravesada por el dolor infinito de haber perdido a su hijo. Su entrega es absoluta, solita ella subida a una tarima, nos hablará con el corazón desgarrado, de quien no encuentra consuelo. Ameri tiene una presencia escénica abrumadora, se abraza al texto con pasión y logra atravesar la cuarta pared con facilidad, mirando a los ojos al espectador, caminando entre las butacas y casi pidiendo un abrazo que le quite el enorme peso de las penas que lleva sobre sus hombros. Simplemente, es fantástica composición de Raquel.

Otro punto muy alto, es la puesta que propone Mariano Stolkiner, el director artístico de El Extranjero, que viste de gala a su sala, pudiendo concretar un proyecto que tenía desde hace años, como ser poder dirigir a Raquel en un unipersonal. Y los resultados están a la vista. Su puesta, realmente sorprende por la potencia, con el destacado diseño lumínico de Julio López, jugando con las luces y la oscuridad, un logrado de diseño escenográfico de Magalí Acha, dando el marco a una puesta que tiene un muy buen componente musical, comentario al pie, que lindo suena el himno de Rata Blanca. 

No queremos adelantar más de la trama y adrede omitimos comentar un hecho muy importante del argumento, que como dijimos el espectador descubrirá a medida que la trama avanza y desnudará una problemática, muy presente en nuestra sociedad, como la violencia de género, analizada desde un punto de vista, que no suele tenerse en cuenta.






Solo nos queda recomendar Rota, que como dijimos en un principio, seguramente tendrá reservado un lugar entre las mejores obras del año y tendrá un largo recorrido, por escenarios de todo el país. Siempre provoca una sensación de placer, descubrir alguna obra, que sabemos perdurará en el tiempo y en la mente de los espectadores que la vieron, que de ninguna manera quedarán indiferentes con esta impactante propuesta.

Y todo esto se logra, gracias a ese triangulo virtuoso, conformado por la dramaturgia impactante de Natalia Villamil, la dirección de Mariano Stolkiner y la fantástica interpretación de Raquel Ameri, que resulta un privilegio para los espectadores que colmaron la sala y al final de la función, luego de recobrar al aliento, darán su veredicto con un emocionado y prolongado aplauso, como broche de oro, por la gran noche de teatro independiente vivida.



Pensador Teatral.