Dramaturgia y Dirección de Damián Kepel.
Miércoles 21 hs en El Tingado Teatro ( Mario Bravo 948 )
El exitoso creativo y publicista Damian Kepel, incursiona nuevamente en el universo teatral, con Del Otro Lado, la segunda obra de su autoria, donde con mucho humor nos hablará de las diferencias entre clases sociales y de como muchas veces naturalizamos algunas situaciones que por repetición, tomamos como normales, aunque si lo pensáramos mas detenidamente, tal vez no lo sean.
El texto nació en un taller de Javier Daulte, donde la consigna general a los asistentes era escribir sobre algún hecho que los hubiera conmovido y Damián recordó una anécdota de su infancia, en la cual estaba en un boliche bailando con un trago en la mano, mientras un joven de su misma edad, se dedicaba a juntar los vasos vacíos y abandonados por los diferentes rincones para evitar que se rompieran. En un mismo lugar, él disfrutando la noche, sin importar que hora era y al mismo tiempo otro chico de su misma edad trabajando y cumpliendo un horario.
Ese fue el disparador, potente por cierto, cada espectador en su mente, pensará todas las veces en que se recuerda disfrutando algo, mientras otra persona está trabajando, para que ese disfrute pueda ser posible. Un hotel, un bar, una pileta, las variantes son infinitas. Diferentes personas y actividades que en la mayoría de los casos se definen por la clase social que integran. Mundos paralelos y antagónicos, que parecen nunca van a cruzarse. Pero el famoso dicho, el mundo es un pañuelo, es sabio y casi siempre podremos comprobar que todos estamos en el mismo barco y las historias que parecen lejanas, muchas veces se terminarán enlazando.
Yendo a la obra en sí, las acciones se desarrollan en un restaurante, donde gracias a un ingenioso diseño escenográfico, que presenta una plataforma giratoria, tal calesita, podremos ver dos historias paralelas y simultaneas. Por un lado, veremos la barra de un restaurante, donde dos amigos de buena posición económica, Sebas ( Diego Leske ) y El Polaco ( Matías Hynes ), saborean un vino caro, mientras hablan de sus asuntos, trabajo, parejas, amigos en común, negocios y trivialidades varias.
Del otro lado, pared de por medio, espiaremos la cocina del restaurante, allí se encuentran trabajando, Mabel ( Teresita Rellihan ), la cocinera y Rodrigo ( Tomás Raimondi ), el bachero. Mientras cumplen sus tareas, hablan de temas que parecen totalmente diferentes a los que se conversan del otro lado, pero en realidad no lo son tanto, ya que sin importar la condición económica que se tenga hay cuestiones que son comunes para todos, como la familia, el trabajo y el amor. Puede cambiar el contexto y la perspectiva, pero los caminos suelen tener destinos similares.
La trama es ingeniosa, ya que las dos historias se intercalan y parecen totalmente independientes, aunque de a poco el espectador comenzará a sospechar que los polos opuestos pueden juntarse. Y hasta allí vamos a contar para mantener la sorpresa, que es un elemento importante que tiene la obra. Solo diremos que hay que estar bien atentos, porque a medida que la velada avanza, iremos atando cabos y comprobaremos que muchas veces las historias que parecen lejanas y sin conexión, gracias a los influjos del destinos terminan confluyendo.
Un punto muy alto que tiene Del Otro Lado, son las actuaciones que presenta. Son seis los actores en escena y todos encuentran espacio para el lucimiento. Corriendo el riesgo ser injustos, para nosotros quienes más se destacan son Matías Hynes y Diego Leske, amigos de buena posición económica que se juntan para compartir un vinito y hablar de bueyes perdidos. Encantador el personaje de Matías, como El Polaco, empresario y dueño de una exitosa marca de ropa, exageradamente amanerado y muy divertido. Gran dupla forma con Diego Leske, a quien recordamos haber elogiado hace algún tiempo, por su actuación en Diciembre, entrañable obra del off. Aquí Diego, con voz impostada, un tanto fanfarrón y con gran presencia escénica, realiza una estupenda actuación, dando vida a un personaje que pasará por todos los estados emocionales.
En la cocina, veremos a Tomás Raimondi, como Rodri, un bachero bonachón y bastante ingenuo, que se ganó la vida, haciendo trabajos varios, hasta llegar a aquella cocina que comparte con Teresita Rellihan, que es Mabel, una mujer madura y de fuertes convicciones de género. Muy buenas las interpretaciones de ambos, siendo un muy buen reflejo de tantos laburantes, que a diario la pelean para ganarse el mango.
Un personaje muy gracioso es el de Augusto Alvarez, el mozo del restaurante y el nexo entre ambas realidades. Con un oído muy avezado y una sonrisa pícara, es el encargado de girar el original dispositivo escénico, además de ser un testigo privilegiado de las historias. Y para el final, dejamos a Florencia Sacchi, que aparecerá en la parte final de la obra, componiendo a un personaje que no vamos a revelar, pero que será decisivo en la historia. A Florencia, también la habíamos elogiado anteriormente por trabajos anteriores y aquí vuelve a mostrar su chispa, aportando frescura y todo su histrionismo. Nos gustó mucho su actuación, breve, pero explosiva.
Como mencionamos antes, son seis los actores en escena y se los nota a todos compenetrados en la historia, con mucha química entre ellos, mostrando que se divierten en escena, algo que el público reconoce y agradece. Hay mérito aquí de la dramaturgia que construye personajes, que tienen espacio en el texto, para su desarrollo y lucimiento.
En cuanto a lo puesta, se logra una dinámica muy interesante, ya que presenta dos espacios escénicos diferentes que irán cambiando y permitiendo que fluyan las dos historias en paralelo. Demos crédito aquí a Ramiro Starosta a cargo del dispositivo escenográfico. Para destacar también el diseño de luces de David Seiras, que brinda iluminación cálida al ambiente donde están los amigos tomando vino y luces frías en la cocina, en una muy buena alegoría. Por último, mención al vestuario de Sol Tévez, que aporta lo suyo, en la caracterización de los personajes.
No queremos contar más, para mantener el suspenso, solo remarcar que nos sedujo y nos divirtió mucho la propuesta de Del Otro Lado, que jugando con el humor y la exageración, nos permite pasar momentos muy graciosos. Pero el texto no queda allí, ya que también nos invita a reflexionar, sobre como muchas veces nos encerramos en nuestro mundo y entorno, sin percibir lo que nos rodea, por una falsa creencia, que resulta algo ajeno, a lo que no debemos prestar atención, ya que no tiene que ver con nosotros.
Por eso la obra, nos interpela y nos hace prestar atención al prójimo, recordándonos que la soberbia y ser despectivos con los demás, nunca es buena consejera. Con todo lo mencionado, solo queda invitarlos a este restaurante, que abre sus puertas todos los Miércoles en El Tinglado, para disfrutar de esta atractiva tragicomedia, con personajes encantadores, que dejan al descubierto, que aunque haya pasajeros que viajan en primera y otros que lo hacen en clase turista, nunca debemos que olvidar que todos estamos en el mismo avión.
Pensador Teatral.