Dramaturgia y Dirección de Mariana " Cumbi " Bustinza.
Lunes 20 30 hs en Timbre 4 ( México 3354 )
Llega una nueva obra de Mariana Cumbi Bustiza, la joven y talentosa dramaturga porteña, que revolucionó la cartelera del teatro independiente, con propuestas que le otorgan un enfoque diferente al tema de la marginalidad y la vida en los barrios atravesados por la pobreza y la falta de oportunidades. Rápidamente vienen a nuestra memoria, los recuerdos de Menea para Mí, Gorila y Lo que Quieren las Guachas, tres obras escritas y dirigidas por Mariana, que tuvieron un gran suceso de público y sin dudas lograron introducir en el teatro, temáticas que hasta ese momento no se tenían para nada en cuenta y parecían vedadas.
En esta oportunidad, la autora redobla la apuesta, imaginando su nueva creación tomando como referencia un clásico de William Shakespeare y así es como nació Turreo Místico una versión libre y musical de Macbeth, que se atreve a combinar una tragedia clásica con la cumbia 420, el Rkt y la vida en los barrios populares. El Rey de Escocia dejará el lugar al Capo más poronga de la vecindad y las verdes praderas escocesas, dejarán su lugar a los angostos pasillos del Barrio 20.
De entrada y para quitar el suspenso, vamos a decir que la genial idea de la autora, pudo plasmarse de muy buena manera en una obra muy potente, que mostrará las luchas de poder que existen en los barrios populares, donde hay jefes que dan las órdenes y soldaditos que deben cumplir al pie de la letra lo que se indica y mostrar una lealtad absoluta. En el barrio la traición se paga con sangre, por eso hay que tener mucho cuidado y no caer en las tentaciones que el poder siempre ofrece.
Y en Turreo Místico, al igual que ocurre en Macbeth, tendremos intrigas y traiciones, una mujer que inocula en su pareja el bichito de la ambición, habrá una conspiración, un plan a ejecutar, un asesinato y luego de el mismo, la puja por ese lugar vacante. Las brujas isabelinas aquí serán las prostitutas de un lupanar, pero también darán sus vaticinios. La muerte trae consigo fantasmas y locura. Con gran habilidad, Cumbi crea una historia que tiene muchísimos puntos en común con la tragedia shakespereana, pero con la impronta local que se caracteriza por la marginalidad, la pobreza, el tráfico de drogas y siempre con la cumbia sonando fuerte de fondo.
No queremos contar mucho más de la historia para conservar el suspenso, pero les aseguramos que la historia que está cargada de violencia, tiene todos los condimentos que podemos imaginar. Y si hay algo que caracteriza a las obras de Mariana, es el gran despliegue escénico que presentan las mismas. Y vamos a arrancar por la parte actoral, ya que son nada más dieciséis los actores en escena, que estarán a cargo de contarnos lo que sucede en el interior del Barrio 22. Se eligió un elenco joven y muy entusiasta, que se entrega por completo a lo que pide la dramaturgia, adoptando el lenguaje turro que pide la historia. Y las caracterizaciones son tan buenas, que es imposible para el espectador, poder adivinar quien del elenco puede tener un pasado en un barrio y quien es pura caracterización.
Si bien puede observarse alguna disparidad en las actuaciones y en las partes cantadas, por los diferentes registros del elenco, ninguna interpretación desentona y resalta el conjunto como bloque, siendo el corazón de la historia y el núcleo de la misma. Y como ocurre siempre, hay trabajos que se destacan con nitidez y que vamos a querer mencionar de manera especial. Arranquemos por el gran trabajo de Tomás Cutler, como Nolo, el Macbeth del 22, el que quiere quedarse con el poder y luego deberá cargar con el peso en su conciencia, debiendo lidiar con los fantasmas de su mente. Gran presencia escénica la de Tomás, mostrando estar a la altura de un protagónico que no es sencillo.
Y si hablamos de trabajos destacados, seguimos con Antonella Fittipaldi, como Magui, la Lady Macbeth del barrio. En nuestra opinión, es la gran revelación de la obra, redondeando una composición magnífica, mostrando toda la astucia para urdir un plan maquiavélico y luego de concretarse el mismo, caerá en desgracia y tocará fondo. Nos encantó el trabajo de Antonella, que la rompe como Magui la más turra del 22. Pero no queremos ser injustos con otros grandes trabajos, como por ejemplo Brian Ross, como el Monstro, el más poronga, el que dirige con brazo de hierro a su gente, hasta sufrir la traición. Mucha presencia escénica también la de Brian, con un personaje muy logrado, que impone respeto.
Rodrigo Trip con la casaca de Almirante Brown, como Jony también destaca mucho y será clave en la resolución de la historia. Orlando Alfonso como el Pollo, resalta por su acento caribeño y quedará pronto en el ojo de la tormenta. Facundo Furque es el Mosca, hermano y ladero del Monstro deberá cuidar bien su espalda. Marcelo Salas, atemoriza con su sola presencia y su camiseta de los Bulls. Gradiva Rondano como Jessi merece mención especial. Mariel Neira como Flor es otra turra que al igual que Magui, destaca mucho y otro personaje femenino que nos gusto mucho es de La Gise, a cargo de Angie Sanz. Valentina Brishantina como Ori, es la más sexual de la tribu y con su desparpajo, le aporta frescura a una trama muy dura. Verónica Paris como Vane y Camila Comas como Naty resaltan en el elenco femenino y así podemos seguir mencionando a cada uno de los personajes de la historia, porque cada uno aporta lo suyo,
Vayamos a la puesta, que tiene muchos puntos alto para destacar. Arranquemos por la música original de Facundo Salas, componente fundamental de Turreo Místico, ya que la cumbia 420 acompañará gran parte del relato. Para quienes no lo saben, la cumbia 420 se refiere a un estilo musical donde el reggaetón se combina con la cadencia rítmica de la cumbia y el numerito 420, se relaciona mundialmente con el consumo de marihuana. En nuestro país el máximo exponente de este género es L-Gante.
En el mismo lugar de destaque debemos mencionar las coreografías de Maru Paiz. Son muchas los actores en escena y verlos a todos juntos ejecutando buenas coreografías, le dan vértigo y belleza visual a la puesta. Otro ítem que no podemos dejar de mencionar es el vestuario de Ornella Fazio y la propia Mariana Bustiza, con remeras de fútbol, de la NBA y gorritas para los hombres, tops y jeans rotos para las mujeres y altas llantas para ambos sexos, colaborando mucho en las muy buenas caracterizaciones de los personajes. Por último un párrafo especial, para el funcional diseño escenográfico de Gabriella Gerdelics, con paneles fijos graffiteados y paneles móviles que los propios actores irán adaptando a las necesidades del relato.
Y hasta aquí vamos a contar, el resto lo descubrirán ustedes cuando vean la obra. Nos gustó mucho la propuesta de Turreo Místico, una obra con sangre joven, que consigue una estupenda recreación de la clásica tragedia griega de Shakespeare, trayéndola a nuestros barrios marginales, donde las luchas por el liderazgo en as pandillas, se relaciona con el control del tráfico de drogas en el lugar, debiendo cerrar filas, para que en el negocio no puedan colarse intrusos de otros barrios.
Las propuestas de Mariana Cumbi, consiguen brindar al espectador ,un punto de vista diferente sobre una temática, que por lo general solo tienen la mirada monopólica de los medios de comunicación, que con sus informes ofrecen información algo sesgada de lo que ocurre allí adentro. La idea aquí, es poder dejar de lado algunos prejuicios y tener en cuenta el contexto de pobreza en que muchas personas viven, antes de juzgar sin miramientos al otro, ya que lo más sencillo es generalizar y estigmatizar a las personas que habitan en las villas o asentamientos, algo que sabemos no es lo más justo. Ya intentar hacer ese ejercicio de reflexión, es un gran paso adelante.
En Turreo Místico se pone el foco en las situaciones violentas que se viven en las barriadas pobres, que derivan en asesinatos y ajustes de cuentas al por mayor, algo que tiene absoluta actualidad y comprobamos leyendo los titulares de los diarios. Aquí la historia llega, con Shakespeare como marco, para mostrar la universalidad de algunas luchas que no saben de clase social y lo hace de la mano de una puesta potente y cumbiera, con un importante despliegue actoral de un joven elenco, que estará bien piola, para que disfrutemos de una noche de teatro comprometido con nuestra realidad social, esa que muchos prefieren esconder bajo alfombra.
Pensador Teatral.