domingo, 31 de julio de 2022

Enero

 Autoría: Sara Gallardo. Dirección de Analía Fedra García.






Domingos 20 hs en Teatro El Extranjero ( Valentín Gómez 3378 )

Llega el teatro un texto de Sara Gallardo, escritora argentina que luego de estar marginada algún tiempo de la escena, ha resurgido con fuerza en los último años, descubriendo muchos lectores, que fue una de las primeras autoras con una perspectiva de género en nuestra literatura. Enero fue su primer obra, la escribió cuando tenía solo veintisiete años y fue la pieza de su autoría que mayor reconocimiento tuvo.







La novela de Gallardo fue publicada en 1958, han pasado más de sesenta años, pero pareciera que fue escrita hace solo unos meses, tal es la vigencia y la actualidad de la temática que trata. Indudablemente esta actualidad en el tiempo, sedujo a Analía Fedra García, que es lectora apasionada y cuando descubrió este texto de Sara, enseguida tuvo la idea de llevarlo al teatro, algo que resulta un verdadero desafío, ya que no es sencillo adaptar un texto literario de este calibre al espacio escénico.

Fedra tuvo como premisa, respetar palabra por palabra del texto original, para este monólogo que indaga en el interior de Nefer, una mujer humilde y desamparada, que busca angustiada la forma seguir adelante. Se la nota perturbada y profundamente sola. Está embarazada, leva una vida en su vientre, pero en vez de estar feliz, está avergonzada por la situación y muy afligida por lo que vendrá.







El relato se desarrolla en una estancia, por lo que el universo campestre estará presente a lo largo de todo el texto, con una riqueza de imágenes que llegarán con mucha poesía y nos remiten a la naturaleza. Y precisamente allí es donde encuentra refugio Nefer, en los árboles, en la tierra, el canto de las aves y la bravura de su caballo tordillo. Tiene una naturaleza animal, que la hace sentir mucho más cómoda, al estar en contacto con la naturaleza, que entre humanos.

Enero, fue la primera novela que se atrevió a hablar del aborto y lo hizo sin bajar línea, sin juzgar. Es una historia que toca muchas temáticas, nos habla de abusos, de clases dominantes que someten a los trabajadores, de personas que nos miran con indiferencia o desprecio, en vez de tendernos una mano. Pero Enero también es una historia de amor adolescente, de despertar sexual, como esa fascinación que Nefer siente cuando imagina o ve al Negro, sus dientes blancos, su cuchillo afilado y esa virilidad que estremece su cuerpo.






Llega el momento de hablar de la gran protagonista de la noche, ya que hay un texto estupendo de Sara Gallardo, una gran adaptación de Fedra, pero para que la obra llegue al espectador con la potencia que lo hace, es necesario contar con una intérprete que se encuentre a la altura del enorme desafío que representa protagonizar este unipersonal, que tiene una exigencia mayúscula- Luego de haber visto la obra, podemos afirmar que Vanesa González, la elegida por la directora para la ocasión, no solo demuestra estar a la altura del protagónico, sino que nos regala una actuación exquisita, que está entre las mejores que vimos este año.

La composición de Vanesa es fenomenal, componiendo con minuciosidad y una sensibilidad a flor de piel a una Nefer vulnerable y salvaje a la vez. Logra dar vida al mismo tiempo a todos los personajes del relato, los habitantes de la estancia, humanos, animales y hasta los árboles, hablarán a través de su cuerpo. El trabajo de la protagonista por momentos resulta hipnótico para los espectadores, que siguen sin perder detalle, cada uno de sus pasos y transformaciones.







Hay un despliegue físico y una entrega corporal que se disfruta muchísimo. A Vanesa González, la vimos por primera vez en El Picadero, en Jauría la obra de Jordi Casanova, que tuvo muy buen suceso. Aquí en su debut en un unipersonal, nos sorprende con una interpretación fenomenal, redondeando un trabajo que a nuestro entender resulta consagratorio.

La puesta que presenta el relato es minimalista, son pocos los elementos en escena, solo los necesarios para darle belleza y un marco a la historia. Hay un caballito, un molino y poco más. No es necesario agregar objetos, aquí el protagonismo lo tiene la palabra. Para destacar la música original de Miguel Angel Pesce, que acompaña momentos importantes de la historia.







No queda mucho más para que agreguemos, Enero es una obra sensible que nos interpela, un relato que indaga en el interior de una joven que se siente sola y desamparada. Le cuesta confiar en los humanos. Se siente más contenida por la naturaleza, por su caballo, por los árboles y por esas vastas pampas que son su hogar y que un momento complicado de su vida, parecen ser las únicas que la protegen.

Además de lo mencionado, es una gran oportunidad para descubrir a Sara Gallardo, una autora adelantada a sus tiempos, que en los últimos años está cobrando gran significación. La propuesta llega con una lucida adaptación de Fedra, que tuvo la gran idea de traer este texto al teatro, respetando cada palabra de la novela original. Y, si a todo lo mencionado, le sumamos una puesta íntima y la soberbia composición de Vanesa González, solo nos queda recomendar la obra, que no tenemos dudas se encuentra entre las mejores propuestas que el teatro independiente nos regaló este año.


Pensador Teatral.


miércoles, 27 de julio de 2022

La Ilusión del Rubio

Dramaturgia de Santiago San Paulo. Dirección de Gastón Marioni.






Miércoles 20 30 hs en Espacio Callejón ( Humahuaca 3759 )

Una propuesta fuerte y valiente llega de la mano de La Ilusión del Rubio, texto escrito por Santiago San Paulo, que brinda testimonio de la desaparición de Facundo Rivera Alegre, joven cordobés de 19 años, que en Febrero de 2012, fue a un baile donde se tocaba cuarteto y nunca regresó a casa. El caso conmocionó a la provincia de Córdoba y por alguna misteriosa razón, no tuvo tanta repercusión en los medios nacionales.

El cuerpo de Facundo nunca apareció. Hubo un juicio cargado de irregularidades, en el que se culpó del asesinato a dos jóvenes humildes de Barrio Maldonado por un ajuste de cuentas relacionado con el narcotráfico, pero nadie creyó que ellos fueran los verdaderos culpables y que ese fuera el motivo de la desaparición del Rubio. La familia quería a los auténticos responsables del crimen y no tenían dudas que en el crimen estaban involucrados efectivos de la policía cordobesa, famosa por varios casos de gatillo fácil y que el caso contó con el encubrimiento del poder político local.






Para escribir el texto, el autor se reunió de manera virtual con Viviana Algre, la madre de Facundo. El mismo contó que fue conmovedor escuchar de su boca, que la justicia no quiso investigar seriamente el caso y se acusó a unos pibes, que no tenían que ver. Les habló de los sueños de su hijo, de su fanatismo por Boca y por Martín Palermo, de su hija Rocío, de sus changas como albañil y de las letras de canciones que escribía en su cuaderno. Pero lo que más los conmovió, fue ver a una madre que no ha parado un minuto de preguntar donde está su hijo y que no pudo siquiera encontrarse con su cuerpo, para despedirlo.

Yendo a la obra en sí, digamos que La Ilusión del Rubio, tiene formato de unipersonal, donde Martín Slipak, le pondrá el cuerpo y el corazón a la historia. De entrada, Martín se encarga de romper la cuarta pared y renovar la convención teatral, anunciando que el es un actor y que interpretará a Facundo a su manera, aclara que lo suyo no será una parodia, el no tiene acento cordobés, ni tiene el pelo decolorado. Para reforzar esto, en pleno escenario, se cambiará de ropa, se sacará la suya y se pondrá las que podría haber vestido Facundo en la última noche que se lo vió con vida, causando un efecto muy fuerte en el espectador aquella transformación.

El relato está escrito en primera persona y escucharemos la versión de Facundo, que por momentos se convertirá en un fantasma que recorrerá las calles de su barrio y visitará a algunas personas que no dijeron la verdad, que mintieron en el juicio. Les quería transmitir un mensaje, que sepan que el siempre los vá a perseguir, ya que si la justicia de los hombres no funciona, tal vez si funcione la justicia divina.

El trabajo de Slipak es estupendo, dando voz a quien no pudo tenerla y denunciando los puntos oscuros de la desaparición de Facundo, pero también la problemática general del gatillo fácil, la droga en las bailantes y en la política, tanto que se atreve a mencionar a un reconocido ex gobernador cordobés y no lo hace de la mejor manera. La obra es muy valiente y se atreve a tocar temáticas que muy pocas veces se tratan en el teatro independiente y lo hace sin medias tintas. 








La puesta de Gaston Marioni, resulta muy atractiva, con ese micrófono resaltando en escena, donde el   protagonista tiene voz y pueda expresar sus verdad. La música de Silvina Aspiazu ,juega un papel fundamental en la trama, ya que nos trae música de cuartetos y le permite al actor, interpretar un tema de cuarteto de Facundo, que nunca llegó a estrenar.

Creemos que a contamos lo suficiente, La Ilusión del Rubio no es una obra meramente documental, no carga al espectador de datos de un caso que la justicia no investigo debidamente. Prefiere unir ficción y realidad, apuntando a lo humano, quitando solemnidad y mostrar en el escenario a un Facundo lleno de energía, con muchos proyectos, que lamentablemente quedaron truncos.







La Ilusión del Rubio, es una de las piezas ganadoras del Concurso Nuestro Teatro llevado a cabo por el Teatro Nacional Cervantes durante 2020 y es una propuesta muy valiosa, que con valentía se atreve a denunciar la desaparición de Facundo en plena democracia, algo que resulta inconcebible. Su familia reclama conocer a los verdaderos asesinos y saber los motivos por los que, ni siquiera pudieron tener su cuerpo para darle cristiana sepultura.

Vivimos una noche muy fuerte de teatro, con una propuesta que no tiene miedo en denunciar a los poderes de una provincia, que se unieron para encubrir el crimen de un joven de 19 años, que salió a bailar una noche y nunca más se supo de él. Es muy valioso que el teatro independiente, que muchas veces nos deleita con historias divertidas o livianas, en ocasiones se ponga los pantalones largos y exponiendo un hecho real se atreve a darle voz a las víctimas de los poderosos de turno.-


Pensador Teatral.







domingo, 24 de julio de 2022

Lo Cotidiano

Dramaturgia y Dirección de Valeria Di Toto.




Domingos 19 hs en Itaca Complejo Teatral ( Humahuaca 4027 )

Una historia mínima y entrañable, es la que nos presenta Lo Cotidiano, texto escrito por Valeria Di Toto que nos cuenta como algunas veces las situaciones cotidianas, pueden traernos sorpresas, si nos predisponemos para recibirlas y tenemos una visión más amplia de lo que sucede a nuestro alrededor. La obra también nos habla de la soledad, del amor y de como muchas veces por miedo nos cuesta relacionarnos con los otros.

La trama se desarrolla en el verano marplatense, época en que la ciudad se llena de turistas, que quieren disfrutar del mar y la playa. Pero los protagonistas de nuestra historia, no son turistas justamente. El relato nos presenta en primer lugar a Verónica, nacida y criada en Mar del Plata. Conoce cada sitio de su ciudad y sabe que esta época hay que pasarla rápido, ya que lo mejor llega cuando se acaba la temporada y la Feliz recupera su ritmo habitual, tiempo en que  los locales disfrutan la belleza de la ciudad.






Verónica es una mujer madura, solitaria y amante de las rutinas. Para cuando la ciudad se llena, tiene un ritual que cumple todos los días como si se tratara de un trabajo. Todas las mañanas, se sienta con su reposera en la rambla y se dedica a observar lo que sucede a su alrededor. Memoriza caras, ropas, comportamientos y todo lo que la gente hace. No anota nada, porque tiene una memoria prodigiosa y puede recordar el rostro de una persona que vió hace 3 días, si vuelve a verla ahora. 

El día transcurría como cualquier otro, ella observando atentamente, tratando de no perderse detalle de lo que sucedía alrededor, pero algo cambiaría su día, ya que promediando la mañana, llegaría Tomás, un joven bastante apuesto, que mochila al hombro y sillita en mano, elegiría sentarse muy cerca de ella, demasiado diríamos. Evidentemente la elección del joven de sentarse allí no era casual, algo lo atraía de aquella misteriosa mujer.






Pronto sabremos que Tomás, llegó la ciudad para estudiar biología marina. Nos enteramos de ello, porque el joven intenta de todas las formas posibles, entablar diálogo con la mujer madura, por eso le cuenta que hace allí y al mismo tiempo quiere saber más de ella. La tarea no resultará sencilla, porque la nacida y criada en Mar del Plata, es una mujer inteligente y bastante reservada. Parece tener siempre la razón y no trata con demasiada delicadeza al joven.

Pero el muchacho es paciente y se las ingeniará para entablar un diálogo que de manera inesperada, tomará un rumbo que un comienzo no podíamos imaginar. Y creemos que hasta allí podemos contar, el resto lo descubrirán cuando vean la obra. El joven pese a la diferencia de edad tiene interés por esa mujer que parece inalcanzable y tan segura de si misma. Pero muchas veces el aire marino puede abrir algunas puertas que parecen infranqueables. Pero cumplimos nuestra palabra y hasta allí contamos.






Hay un muy buen trabajo de la dupla protagónica conformada por Daniela Catz y Matías Marshall. Es muy interesante, observar como la diferencia de edad pueden dificultar el diálogo y el entendimiento, ya que en muchos temas los códigos no son los mismos. El personaje de Daniela, marca el ritmo de la historia, es la que conduce el relato, componiendo a una marplatense de ley, a la que nada se le escapa y parece disfrutar un poquito, verdugueando al recién llegado. Nos encantó su trabajo, con carisma y gran presencia escénica. Por su lado Matías, aporta frescura a la trama y acompaña de muy buena manera a la hábil observadora. Es muy bueno el contrapunto entre ambos y se disfrutan mucho sus actuaciones.

La puesta que propone Valeria Di Todo es minimalista y nos invita a viajar con la imaginación a Mar del Plata, gracias a esa hermosa gigantografía de fondo que nos muestra una playa rebosante de veraneantes, con el sonido de mar y las voces de los vendedores que caminan la arena, como fondo. Este es un buen ejemplo, que no siempre es necesario contar con grandes recursos económicos para conseguir puestas logradas, con ingenio también se logran.






Lo Cotidiano salió a la luz, tras ser la ganadora del 8º Torneo de Dramaturgia Transatlántico Argentina - Cataluña dentro del Festival Temporada Alta en el Teatro Timbre 4, realizado en Febrero del 2020, la pandemia postergó su estreno, pero el proyecto siguió su curso y este año la obra finalmente puede estrenarse en un teatro como el Itaca, que ya se ha ganado un lugar de privilegio dentro del teatro independiente.

Disfrutamos una muy linda tarde de teatro independiente, con esta propuesta que nos invita a mirar lo cotidiano desde otro punto de vista, sabiendo que siempre puede haber una oportunidad al alcance de nuestra mano, para superar esa rutina diaria que parece tener todo establecido ya. Para lograrlo, tenemos que estar atentos a las señales que el Universo nos envía y abrir nuestra mente, saliendo de la coraza con que nos protegemos. Un texto entrañable y humano, una puesta íntima y actuaciones deliciosas se unen, para que nos pongamos el traje de baño y viajemos a Mar del Plata, para disfrutar de un encuentro inesperado, que se anima a romper con lo cotidiano.


Pensador Teatral.



viernes, 22 de julio de 2022

Las Cargas

Dramaturgia y Dirección de Christian García.






Viernes 21 hs en Casa Teatro Estudio ( Guardia Vieja 4257 ) 

Una propuesta teatral original e intensa, llega de la mano de Las Cargas, la nueva obra escrita por Christian García, que con valentía y saliendo de la zona de confort, se atreve a explorar el tema de las relaciones familiares, más precisamente cuando en la familia, hay alguien con problemas madurativos, capacidades diferentes o algún grado de esquizofrenia y la convivencia no resulta sencilla.






El abordaje de Christian es sutil y progresivo, los espectadores a lo largo que las escenas se desarrollan irán entiendo la dinámica de una trama, que no tiene un relato líneal, sino diversos cuadros que exponen lo compleja que puede ser la comunicación, cuando la otra persona no comprende las consignas, ni reconoce al interlocutor Cuanto amor, cuanta pedagogía y cuanta paciencia, tiene que tener la persona que está al cuidado, para tomar el control de la situación, sin que el desánimo o la violencia entren en escena.

La dramaturgia tiene un cuota de humor muy alta, algo fundamental para poder tratar un tema que no resulta sencillo de digerir y que no es abordado habitualmente en teatro. La propuesta tiene una inclinación políticamente incorrecta y  por momentos el espectador duda si está bien reírse de algunas situaciones o no. Esta duda aparece en las primeras escenas, ya que luego con el correr de la trama, las risas, nerviosas en algunos casos, aparecen de manera casi constante, por un público que algo culposo, cede ante lo desopilante de lo que están viendo. Es importante aclarar, por si alguien pudiera dudarlo, que pese al humor que se le pone a las escenas, en ningún momento se recurre al golpe bajo para tratar  el tema, algo que resulta muy meritorio.

El texto como dijimos sale de lo convencional, jugando con lo onírico y apoyándose en los estupendos trabajos actorales del trío protagónico elegido para la ocasión y conformado por Laura Nevole, Pablo Chao y Lucas Crespi, que sacarán a relucir todos sus recursos, para una obra que exige mucho desde lo corporal y requiere mucha repentización, para entrar y salir de los diversos personajes que deben desdoblar. Precisamente uno de los grandes aciertos que tiene Las Cargas y que le otorga una muy buena dinámica, es el cambio permanente de roles que existe,  por momentos un actor tiene el papel de la persona con capacidades disminuidas y alguien lo cuida, en la otra escena los roles se invierten y el que cuidaba, ahora necesita la ayuda del otro.






La obra requiere compromiso y entrega de parte del elenco, algo que aquí se logra con creces, gracias a interpretaciones muy destacadas de las que hablaremos a continuación. Arranquemos por Laura Nevole, una actriz que nos encanta y a la que seguimos bastante, ya que siempre disfrutamos mucho viendo sus trabajos. Las últimas veces, la habíamos elogiado por sus trabajos en unipersonales. Aquí en una obra muy particular, muestra su versatilidad y sus múltiples recursos. En este caso, muestra  dos caras, mostrando amor y pedagogía en los personajes cuidadores y una faceta muy diferente cuando representa a una mujer autista. Siempre es un gusto ver a Laura en escena y esta vez no fue la excepción.

Sigamos por Lucas Crespi, que realiza una composición que impresiona por la su realismo, de un chico con capacidades diferentes, al que le cuesta mucho comunicarse. Como mencionamos antes, hay cambios de roles y también Lucas representará roles que lo muestran a cargo de alguien como problemas. Es muy destacable, ver como simplemente observando su postura y sin ser necesario que hable nos damos cuenta de su rol. Hay una escena que juega con un muñeco llamado Alfredo, tan fuerte y tan potente que aún hoy la recordamos. Gran trabajo de Lucas.






Pablo Chao completa este triángulo virtuoso, siendo un actor con mucha trayectoria en el off, que encaja muy bien en la propuesta de Las Cargas, aportando carisma y humanidad al relato. Muy bueno lo de Pablo. El trabajo actoral de los tres protagonistas es fundamental para el buen transcurrir de una obra que es muy exigente, resultando un desafío grande para los actores, que lo resuelven en gran forma.

La puesta que propone el director es despojada, solo unas cajas de cartón en medio del escenario, que serán utilizadas en diferentes situaciones, acompañan a los actores. El significado esas cajas, puede tener múltiples lecturas, a nosotros se nos ocurre, que puede representar las cargas, las mochilas, que siempre estarán en nuestro camino y con las que deberemos lidiar en nuestras vidas.

Como mencionamos antes Las Cargas es una propuesta original, que se atreve a salir de la zona de confort, explorando temáticas que la mayoría prefiere pasar de largo y además se atreve a bucear en ellas, poniendo el foco en lo lúdico, sin temor al ridículo, ni buscando que el texto  sea políticamente correcto. Acá la idea es interpelar al espectador, hacerlo reflexionar, por momentos poniéndolo íncómodo, logrando una profundidad que muy pocas veces se logra y al ser una obra abierta, permitiendo múltiples lecturas.






La obra nos movilizó mucho, fue muy auspiciosa nuestra primera vez en Casa Teatro Estudio, este nuevo espacio teatral que abrió en pleno corazón de Almagro, justo cuando llegó la pandemia. Las Cargas resulta un valioso experimento teatral, para reflexionar sobre los vínculos familiares, el amor y la paciencia que tenemos que tener para afrontar situaciones diarias con las que debemos convivir y darnos cuenta que muchas veces nos hacemos problemas por situaciones que no lo ameritan. 

Nos gustó mucho la propuesta de Las Cargas, desde nuestro lado siempre valoramos cuando aparecen textos diferentes y valientes como este, que no tienen miedo de arriesgar y experimentar. En este caso  a la originalidad, se la acompaña con una dramaturgia sensible, una puesta íntima y actuaciones excelentes del trío protagónico, que con su entrega y sus múltiples recursos actorales, nos permitieron disfrutar de una gran noche de teatro independiente.


Pensador Teatral.



lunes, 18 de julio de 2022

El Cazador y El Buen Nazi

Dramaturgia de Mario Diament. Dirección de Daniel Marcove.






Lunes 20 30 hs en El Tinglado ( Mario Bravo 968 )

La pluma de Mario Diament, uno de los autores más prolíficos y reconocidos de nuestro teatro, ya nos tiene acostumbrados a presentar propuestas basadas en hechos reales, que se convierten en ficciones teatrales que atrapan al espectador. Mario es un verdadero especialista en bucear en la historia y rescatar de ella, sucesos de gran interés, que en muchos casos no son tan conocidos y por el público en general. Y la que cuenta El Cazador y El Buen Nazi, sin lugar a dudas es una de esas historias que merecen contarse.







La obra nos hablará del encuentro que tuvo lugar en Viena en el año 1975, entre Simón Wiesenthal, el famoso cazador de nazis y Albert Speer, ministro de Armamento y Producción de Guerra de Hitler, un puesto bien alto en la jerarquía nazi, de aquellos nefastos años. La inédita reunión se dió en el Centro de Documentación de Viena, el lugar de trabajo de Wiesenthal, en su oficina repleta de expedientes con sus investigaciones y uno de los que formaban parte de esos expedientes, estaba ahora allí frente suyo.

Aquel encuentro tuvo una significación histórica de relevancia, ya que Wiesenthal era sobreviviente de los campos de concentración. A él nadie le contó como fue aquel horror, él lo vivió en carne propia y de manera milagrosa pudo escapar allí. Seis millones de judíos no tuvieron su fortuna. Quien ahora dedicaba su vida a encontrar datos que permitieran cazar a los nazis que escaparon de la mano de justicia, huyendo a los países más diversos del planeta, ahora oficiaba de anfitrión del arquitecto Speer, jerarca nazi, cercano a Hitler, considerado para muchos el nro 2 en la escala jerárquica.







Al término de la guerra Speer, fue condenado en los juicios de Nuremberg y sentenciado a veinte años de prisión, pena que cumplió en la cárcel berlinesa de Spandau. El arquitecto de Hitler, era muy inteligente y tenía una gran formación. Sus modos correctos y amables , no parecían encajar con los de un criminal de guerra y se supone que con ello sedujo a los jueces del tribunal, alegando que desconocía los planes de exterminio hacia los judíos de Hitler. Le creyeron y por eso obtuvo una condena exigua, en relación a los crímenes cometidos.

Yendo ya a la obra, contemos que la trama logra transmitir la tensión que se respiraba en aquella pequeña oficina. El ambiente reinante era de desconfianza y las miradas de ambos lo denotaban. Wiesenthal, interpretado de manera magistral por Jean Pierre Noher,  no creía posible que alguien con la inteligencia de Speer, representado por Ernesto Claudio, pudiera desconocer la gravedad que tenia la situación. No creía para nada en su versión y desconfiaba de aquel hombre poderoso de otrora, que ahora se mostraba afligido por haber caído en el engaño de Hitler, 

No vamos a entrar en detalles de los riquísimos diálogos que nos ofrecerá el relato, para que el espectador los descubra cuando vea a obra. Pese a los horrores del relato, el texto tiene una cuota de humor que lo hace menos duro. Es curioso ver como el victimario, quiere convencer a su anfitrión, que él ya cumplió su condena y fue perdonado por los judíos. Sostenía que su mayor pecado fue no darse cuenta de los macabros planes de Hitler. Pero el investigador y sobreviviente del holocausto, no iba a comprar aquella tan fácilmente aquella versión y tenia un as guardado en la manga, que podía cambiar la versión de Speer. Pero cumplimos con nuestra palabra y no contamos más.






Tiempo de hablar de las fenomenales interpretaciones que presenta la obra, con una dupla protagónica de lujo,  conformada por Jean Pierre Noher y Ernesto Claudio que se sacan chispas en escena. Además de compartir profesión, Jean Pierre y Ernesto son amigos, se conocieron hace más de cuarenta años, en un taller del maestro Agustín Alezzo. Con el correr del tiempo, forjaron una fuerte amistad, que se mantiene hasta la fecha. Sorpresivamente nunca antes habían actuado juntos. Seguramente el destino les estaba reservando una gran obra para que coincidieran y El Cazador y El Buen Nazi sin dudas lo és. Lo curioso es que los grandes amigos, actúan finalmente, juntos en una obra en la que sus personajes son grandes enemigos. 

La composición de Jean Pierre en el papel de Wiesenthal tiene una sensibilidad y una potencia que no podemos dejar de mencionar. Se lo nota fuertemente identificado con el personaje y esto le otorga mucha credibilidad al mismo. Estupenda su actuación y tiene un plus que la hace aún más especial. Al final de la función, el mismo Noher  cuenta a los espectadores, que la obra lo involucra de manera absoluta, debido a su fuerte historia de vida, ya que su padre escapó de un campo de concentración nazi y vino para Argentina, pero sus abuelos no pudieron hacerlo, porque fueron asesinados en las cámaras de gas de Auschwitz. Les aseguramos que aún nos dura la emoción, por las palabras del protagonista y por una actuación plena, que sin dudas, resulta un hermoso homenaje a sus abuelos.







Y que decir de Ernesto Claudio, una animal de teatro, un todo terreno, que acá tiene ponerse el traje de villano y representar a un nazi, que por todos los medios quiere salvar sus culpas y lograr la absolución de sus delitos, como si eso fuera posible. Sin dudas un gran desafío para Ernesto, el personaje que le tocó y con todo oficio lo saca adelante en gran forma, sabiendo ocupar ese segundo plano que le pide le texto. Gran dupla la que conformaron ambos protagonistas, con gran química entre ellos y redondeando interpretaciones que elevan una dramaturgia exquisita.

Vayamos a la puesta y una yunta que no falla, decimos esto, porque ya nos resulta familiar, que cuando tenemos un texto de Diament, aparece la dirección de Daniel Marcove para potenciarlo, en una dupla que a estas alturas, ya es sinónimo de buen teatro. Aquí además del gran acierto de la elección de los protagonistas, presenta una puesta muy dinámica, que sabe insertar momentos de humor, en una trama oscura. Un ítem que queremos destacar es el dispositivo escénico, rubro a cargo de Héctor Calmet y Paula Molina, que presentan una oficina cargada de expedientes y elementos varios que contribuyen a ambientar muy bien el relato.







No queda demasiado más para agregar, resulta altamente gratificante que nuestro teatro presente este tipo de propuestas que nos traen al presente hechos históricos tan horrorosos como el Holocausto, que la humanidad nunca debe olvidar y debe tener siempre presente, para que nunca volvamos a vivir una barbarie semejante, ya que muchas veces, los villanos cambian de ropa y de nombre, pero con discursos semejantes, aparecen cada tanto en escena, presentándose como salvadores, ante situaciones de crisis.

Sin dudas, vivimos una gran noche de teatro, plena de emociones, en un Tinglado que un Lunes de invierno, lució colmado como pocas veces y se dio el lujo de poner el cartel de localidades agotadas, algo que se explica por la calidad del texto y de las actuaciones. El Cazador y el Buen Nazi, resulta una de sus obras de visión obligatoria, ya que nos ayuda a recordar lo peligroso que puede resultar un discurso totalitario y la promesa de soluciones mágicas, que en realidad esconden la mayor de las barbaries. Y cerramos esta reseña, con una frase oportuna, como la que dice que un pueblo sin memoria, es un pueblo condenado a repetir su pasado, por eso valen tantos estas propuestas.



Pensador Teatral.



jueves, 14 de julio de 2022

Astor, nosotros

Idea y Dirección General de Leonardo Cuello.






Viernes 20 hs en Centro Cultural de la Cooperación ( Av. Corrientes 1543 )

Una distinguida noche musical disfrutamos con Astor, Nosotros, el espectáculo ideado por Leonardo Cuello y ejecutado por su compañía, en un espectáculo de tango danza, que combina lo tradicional con lo moderno, resultando un hermoso homenaje al gran Astor Piazzola, con motivo de cumplirse los 100 años de su nacimiento.

Por si fuera necesario y algún lector, no conoce la relevancia  que tuvo Piazzolla, contemos que este hijo de inmigrantes italianos, nació en Mar del Plata en 1921, pero de pequeño marchó con sus padres a vivir a New York. Cuando tenía 8 años, su padre le regaló su primer bandoneón y desde allí su figura quedaría asociada a ese noble instrumento. En La Gran Manzana, conoció a Carlos Gardel, con el que cultivó una larga amistad. La carrera de Astor, se desarrolló entre el Nuevo y el Viejo Mundo. De vuelta a la Argentina se radicó en Buenos Aires y fue bandoneonista en las orquesta de Miguel Caló y  Anibal Troilo.






Con el correr de los años, perfeccionó su técnica, a la vez que su prestigio aumentaba en Europa y se generaban polémicas en nuestro país, ya que su estilo se animaba a renovar a través de su bandoneón y sus composiciones, a un género tan tradicional como el tango, generando una nueva estética musical, que marcó a las generaciones más jóvenes de artistas relacionados con la música popular porteña. Entre sus composiciones más famosas, podemos mencionar Adios Nonino, Balada para un Loco, Libertango, Otoño Porteño, Buenos Aires Hora Cero, por nombrar solo algunos temas que todos alguna vez disfrutamos, ya que podríamos seguir con las menciones.

Más allá de cualquier polémica generada, hoy todos coinciden en que Piazzolla llegó para cambiar al tango. Muchos sostienen que fue un adelantado para su época y tal vez por eso, algo incomprendido por sus contemporáneos. Fue un verdadero embajador que llevó el tango argentino por todo el mundo. Y hoy todos coinciden en que fue unos de los músicos más importantes del Siglo XX y uno de los compositores más importantes de tango en todo el mundo.







Se hizo algo larga la introducción, pero entendemos que su figura lo merecía. Yendo al espectáculo que nos convoca, Cuello, destacado coreógrafo y maestro de tango, busca recorrer el universo del gran bandoneonista, sin seguir un orden cronológico de sus obras, ni caer en las normas habituales del género, prevaleciendo el espíritu libre del artista, que se refleja en un espectáculo moderno que conjuga danza y teatro, creando un ámbito donde la modernidad estará presente, mostrando que el tango puede aggiornarse a estos tiempos.

Son diez los bailarines en escena, que de manera variada irán ejecutando bellas coreogafías. No queremos adelantar demasiado, para mantener la sorpresa, pero en los diferentes cuadros, veremos múltiples ejecuciones, parejas tradicionales, hay baile de mujeres muy sensual, una cuadro de dos hombres, en varios momentos, estarán los diez artistas al mismo tiempo, es decir veremos combinaciones diversas, que generan que el público esté siempre atento, esperando una nueva coreografía, siempre con las melodías de Piazzolla de fondo.







No somo expertos musicales, ni en danza, pero el espectáculo tiene la virtud de ser apto para todos los públicos, apostando a una puesta muy bella desde lo estético y cargada de poesía. La obra tiene un aire urbano que no es casual. Piazzolla fue un compositor de urbe, de ciudad. Buenos Aires estuvo siempre muy presente en sus composiciones y eso es algo que se ve reflejado en la puesta, que presenta imágenes y sonidos, característicos de la ebullición permanente de la gran ciudad.

Como dijimos son diez los bailarines en escena, pertenecientes todos ellos a La Compañía de Leonardo Cuello, la gran mayoría de ellos muy jóvenes, mostrando que el género del tango no tiene edad y siempre puede mostrar una cara moderna, que resulta atractiva. Los cuadros muestran la destreza de los bailarines y se disfrutan mucho, todos tienen algún momento en la trama reservado paar destacarse. Vamos a mencionarlos, porque sus trabajos, lo ameritan, nos referimos a Ayelén Alvarez Miño, Jimena Calarco, Juan Pablo Del Greco, Federico Ibañez, Marilú Leopardi, Quique Lopez, José Lugones, Esteban Simón, Julia Urruti y Laura Zaracho . 

Punto a destacar de la puesta, el perfecto sonido que tiene el espectáculo, se escucha con la potencia y la claridad adecuada. Parece una obviedad mencionar esto, pero no siempre se cumple en musicales, aquí funciona perfecto, siendo alguno fundamental para el disfrute del show. Se destaca el original diseño escenográfico que se presenta, estructuras metálicas móviles que marcan el pulso de los cuadros y que obligan a que además de baile, veamos algunas acrobacias de los bailarines. Este ítem está a cargo de Nora Churquina, que además es la encargada del magnífico vestuario que tienen los protagonistas, con muchos cambios. Son muchos los elementos que contribuyen para lograr la belleza escénica que presenta el espectáculo.






Celebramos entonces la idea de Leonardo Cuello, que en sintonia con las ideas modernas de Piazzola, presenta un espectáculo moderno, con el tango como idea central, pero también con momentos románticos y coreografías donde la poesía se impone. En todo el show, hay un toque contemporáneo que logra mantener el espíritu del artista, aún con una puesta moderna, logra preservar la esencia del universo piazzolleano.

Como conclusión, un gusto haber podido disfrutar de una distinguida noche musical, de la mano de talentosos bailarines que logran transmitir la energía de un género como el tanguero, que muestra su vigencia y tan arraigado a Buenos Aires, resultando un sentido homenaje a Astor Piazzola, en el centenario de su nacimiento. Y creemos que la mejor manera de cerrar esta reseña, es con una frase suya, que impacta: La música es el arte más directo, entra por el oído y va al corazón... Es la lengua universal de la humanidad... . Y luego de ver Astor, nosotros, solo nos queda dar fe de la veracidad de su sentencia.


Pensador Teatral.-



viernes, 8 de julio de 2022

Shamrock

Dramaturgia de Brenda Howlin. Dirección de Nano Zyssholtz.





Viernes 21 hs en Teatro Beckett ( Guardia Vieja 3556 )

Una hermosa sorpresa nos llevamos viendo Shamrock, este rico texto escrito por Brenda Howlin, que en clave de humor y con una trama muy divertida, nos hablará de la inmigración en la Buenos Aires del 1900, pero aquí no serán españoles o italianos los que llegan, sino que se trata de inmigrantes irlandeses, que dejaron su país debido a la hambruna desatada, cuando una plaga atacó a la papa, principal alimento de la población, causando desnutrición y epidemias, provocando que muchos irlandeses, debieron dejar su patria.

La elección del tema de la obra, que surgió de un taller de dramaturgia, no es casual, ya que la autora tiene familia irlandesa por parte de su padre. Ese fue el disparador para que en su mente se materializara la imagen de una irlandesa bajando de un barco, como comienzo de la historia a contar. Brenda eligió escribir la historia en verso, algo que resultó todo un desafío tanto para ella, como para los actores, pero una vez logrado, esto queda plasmado en un texto extremadamente divertido, ya que muchas veces para llegar a la rima, los personajes tienen que forzar alguna frase para cumplir la métrica y eso le dá un toque desopilante y muy gracioso a alguno de los parlamentos.







La trama se inicia, con la llegada al puerto de Buenos Aires de Mery ( Carolina Setton ), una chica irlandesa virgen y inocente, que casi fue subida a la fuerza al barco por su familia, que parecía querer librarse de ella. Aquí en teoría la estaría esperando su prometido, Dido Clancy ( Pablo Kusnetzoff ) que llegó de tierras irlandesas hace ya un tiempo y estaba afincado en la ciudad. Pero Dido no aparece. Quien está en el puerto, es Patrick ( Alejandro Gigena ), jóven irlandés, llegado hace un tiempo también a Buenos Aires. El está esperando que desde ese barco baje su prometida. Pero su novia tampoco bajará y quien le dá la noticia es la propia Mery, que le entrega una carta dirigida para él, donde la ahora ex, le anuncia la rotura del noviazgo y como consecuencia de ello, la cancelación de su viaje.

El encuentro se produce de manera natural, la recién llegada, está desconcertada por el plantón y no sabe donde ir, pero Patrick que estaba triste y solo, se ofrece a ayudarla a moverse en una ciudad que le resulta desconocida, Él conoce a Dido y le cuenta que la dejó plantada por otra mujer que conoció en Buenos Aires. Para aliviar las penas, la invita a comer un pebete en el Café Tortoni y allí dará comienzo una serie de enredos y de situaciones graciosas, que arrancan y no pararán más, generando las risas del público, que sigue encantada una trama tan desopilante como graciosa.







Patrick llevará a Mery, al Hotel de los Inmigrantes, ya que allí puede quedarse gratis un par de días. Quien atiende el hotel, es Rita ( Justina Grande ) una porteña voluptuosa y temperamental que no la recibe de muy buena manera. La casualidad quiere que justamente Rita, sea la mujer que conoció Dido en Buenos Aires y que es su actual novia. Los minutos de Mery allí parecen contados, ya que de mala manera, le comentan que el hotel está completo, pero sacará un as de la manga, unos scones que trajo para comer en el barco desde su Irlanda natal. Rita y su jefe prueban esos deliciosos scones y quedan enloquecidos. El trato surge al instante, Mery se puede quedar alojada allí y con empleo, ya que trabajará en la cocina, preparando ese manjar irresistible, gracias a la receta familiar.






Las mujeres engañadas por el mismo hombre se harán amigas y se darán momentos muy divertidos, entre ellas y los hombres irlandeses. No queremos contar más, para mantener las muchas sorpresas que la trama nos tiene reservada. Solo diremos que la obra recorrerá lugares emblemáticos de Buenos Aires, como el Café Tortoni, la Confitería Las Violetas y El Rosedal. Además tendremos una escena muy graciosa que parece salida de una película muda y momentos musicales bellísimos, donde el tango y la música celta dirán presente.

 El relato y la trama tienen una variedad de recursos y una creatividad, que supera con creces lo habitual en el teatro independiente y esto provoca que Shamrock ( nombre que recibe el trébol verde de tres hojas, símbolo oficial de Irlanda ), sea una obra angelada, una comedia muy divertida, que el público disfruta muchísimo. Y eso que todavía no hablamos de las actuaciones que presenta la pieza, magníficas todas ellas y por ello les vamos a dedicar una párrafos a las mismas.

Arranquemos por Carolina Setton, que dá vida a una amorosa Mery, que baja asustada del barco, dispuesta a cumplir el mandato de su familia, que la enviaba para que se casara con el hombre al que ellos habían elegido, pero que a medida que la trama avanza irá ganando en autoestima y buscará cumplir su sueño, de ser una mujer independiente, algo que en  aquella época no era normal, pero guiño de la dramaturgia mediante, que se aggiorna a estos tiempos, aquí lo veremos. Encantador personaje el de Mary.

Otro personaje muy querible es el Alejandro Gigena como Patrick, un irlandés torpe y muy divertido, de enorme  corazón, pero muy poca suerte con las mujeres. En nuestra opinión el personaje más divertido de la historia, jugando mucho con lo corporal y con unos pasos de clown, en algunos momentos que no vamos a revelar aquí y que provocarán risas al por mayor en la platea. 






La cofradía irlandesa se completa con Pablo Kusnetzoff, como Dido Clancy, un genteleman irlandés, mujeriego y verdadero encantador de serpientes, que realiza una composición magnífica. Sorprende con un inglés perfecto, que utiliza cuando a su personaje le conviene, al igual que algunos trucos de magia, que incorpora en su actuación en los momentos oportunos. Pablo, al que conocimos por su excelente trabajo en El Centésimo Mono, entrañable obra del off, además de ser un gran actor, es un eximio mago, habilidad que en una trama tan variopinta como esta, encuentra su espacio. En actuaciones muy parejas y seguramente, siendo injustos con el resto, a nosotros la de Pablo, fue la interpretación que más nos gustó.

Completa el virtuoso elenco, Justina Grande, como Rita, la única porteña de la historia, que resulta un verdadero torbellino en escena, con las emociones a flor de piel y una energía desbordante, para componer un personaje atolondrado, que se luce en el grotesco. Muy bueno de lo Justina, Se hizo algo larga la descripción del elenco, pero realmente las actuaciones son muy destacadas todas y merecían las menciones. Cuando ustedes vean la obra, confirmarán los que les decimos y seguramente como en nuestro caso, elegirán su personaje favorito, algo que les resultará sencillo. Si ya vieron a obra, pueden indicarlo en las comentarios, quien es su favorito.

Tenemos que dedicar al menos un párrafo a la estupenda puesta que nos propone desde la dirección Nano Zyssholt, donde el humor y el teatro físico serán elementos fundamentales para la dinámica que tiene el relato y que hace tan entretenida a la historia. Hay que mencionar también el ingenioso diseño escenográfico de Marcos Murano, que modificado por los propios protagonistas en escena, recrearán diferentes locaciones. El vestuario de época de Julieta Harca, aporta un toque de distinción a la historia y a no olvidarnos de la música celta, gran acompañante del relato.







Ya hemos contado mucho en estas líneas, solo concluir, que nos gustó encantó la propuesta de Shamrock, que con mucho ingenio, humor y escrita en verso nos contará una bella historia de inmigrantes irlandeses, que como tantas colectividades, en aquellos años, llegaron a la Argentina escapando de las guerras y las hambrunas, buscando un mejor porvenir en estas tierras que tanto prometían, algo que nos llena de tristeza, si miramos nuestra triste actualidad, un siglo más tarde.

Pero Shamrock, no deja espacio para estar triste, es una riquísima propuesta del teatro independiente, que nos hará reír mucho, apoyándose en una dramaturgia tan creativa como desopilante, una puesta muy divertida y las estupendas actuaciones del talentoso elenco reunido. La ovación de que recibieron los protagonistas al final de la función, fue de las más grandes que vivimos este año y bien merecida que estuvo, saliendo los espectadores de la sala, plenos de teatro y tarareando los cantos de las gaitas que resuenan en el aire del Beckett.



Pensador Teatral.