Conmovedora obra que narra la vida del Padre Carlos Mugica, autoría de Cristina Escofet, que con un texto potente y esclarecedor nos relata la historia del cura de los pobres, que se abrazó a las luchas populares de los más humildes, algo que pagó con su vida, al ser tragicamente asesinado, luego de celebrar misa, el 11 de Mayo 1974.
En una escenografia simple y desprovista, sin límites con el espectador, se desenvuelve en forma brillante Pablo Razuk, que con una fuerza y un realismo que conmueven, se convierte durante lo que dura la obra en el Padre Múgica, es tan perfecta la personificación y es tanto el compromiso que tiene con el personaje, que el espectador siente que tiene ante sus ojos a la reencarnación de Mugica.
Durante la obra, se cuenta en primera persona la infancia del sacerdote, su pasión por Racing, el nacimiento de su vocación sacerdotal , las épocas en que celebraba la caida de Perón, sus viajes a Espña y a Francia, el giro en su vida y entender que su misión era estar junto a los pobres, ser uno más de ellos, los bombardeos en Plaza deMayo, la quema de iglesias, la reconciliación con el general, sus amores prohibidos, su enfrenamiento con la Iglesia y con Lopez Rega, un texto que con rigor histórico y con una fuerza increible recorre toda la vida de Mugica.
La actuación de Pablo Razuk, conmueve, emociona, faltan los adjetivos para calificar su excelente trabajo y su perfecta personificación, frente a nosotros tenemos a Mugica, que bajó del cielo, para brindarnos testimonio de su obra.
Un acierto del director José María Paolantonio , el acompañamiento musical en vivo, que brindan Miguel Gomiz exquisito con el violoncelo y Sol Ajuria con una voz privilegiada y un canto hermoso, le agregan mucha poesía a la puesta en escena.
Muy buena la iluminación, permitiendo momentos de intimidad muy logrados entre el público y el padre, que recorre el espacio del teatro durante toda la pieza, corre, se tira al piso, trapa a una escalera, etc, la entrega física del protagonista es absoluta.
En definitiva, un texto impecable y una actuación brillante, que conmueve al espectador, estamos ante una clase magistral de teatro a cargo del protagonista, que con fuerza increible y una poesía que emociona, homenajea la vida y la obra, del padre Carlos Mugica y deja en el final, un mensaje esperanzador de cara a un mundo actual con tantas desigualdades.
Maravillosa obra, cita imperdible los Lunes en el Korinthio Teatro, un verdadero lujo para la cartelera porteña.
Pensador Teatral.
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