Dramaturgia y Dirección de Luciana Cervera Novo.
Una propuesta muy interesante y extremadamente sensible, la que nos trae Los Sueños de Matrioshka, presentando la historia de dos mujeres, madre e hija, que atravesadas por el dolor, esperarán con ansias la vuelta de ese ser querido, ya que su ausencia marca un vacío insoportable en ese hogar y en sus vidas.
La historia es muy fuerte, en la casa vemos a dos mujeres, Beatriz, la madre, ( Jimena Rey ) y su hija Ana ( Natalia Pascale ), se las nota tristes, atadas a los recuerdos de un pasado que añoran y con la esperanza de que Julian, esposo de Beatriz y el padre de Ana, vuelva de ese viaje que entre ellas cuentan emprendió.
Pasan sus días con melancolía, reviviendo el pasado y con dificultades para afrontar el presente, más que nada Beatriz, que sale poco de su casa, Ana que quiere ser actriz, intenta continuar con su vida, yendo a la escuela y ensayando para su próxima obra de teatro, se la nota con más energía, que esa madre abatida.
La situación para ellas no es sencilla, reina el miedo y el ocultamiento, dentro de la casa y también fuera. En las escuela, Ana se peleó con su mejor amiga, porque le dijo que el padre, se debe haber ido, porque debía andar en algo raro, el famoso algo habrán hecho. El sentimiento de indiferencia de la sociedad se huele en el ambiente, al igual que el dolor de esas dos mujeres, que parecen sobrevivientes, se las nota tristes y con aire ausente.
Una dramaturgia plena de poesía y de sensibilidad la que propone Luciana, que logran transmitir un ambiente de melancolía y dolor contenido al relato, atrayendo la atención del espectador desde el inicio con la historia.
En esto tienen fundamental incidencia, las magníficas interpretaciones que presenta la obra,
Jimena Rey, compone en gran forma, a esa mujer abatida, por la ausencia de su compañero y con la obligación de seguir adelante y ser sostén de sus hijos, aunque se nota carece de fuerzas. Enriquece su trabajo, interpretando algunos temas musicales, luciéndose mucho. Muy bueno el trabajo de Jimena.
La otra gran protagonista es Natalia Pascale, ella es Ana, esa hija que no se resiga a la desaparición de su padre y que tiene la convicción que su padre volverá, ella lo añora y lo espera. Pese a su dolor, sigue adelante y se imagina un futuro. Para destacar su energía y su fortaleza, se la nota muy comprometida con el personaje, con una entrega total y cumple una magnífica actuación.
Ambas actrices, se expresan muchos con sus cuerpos a lo largo del relato, como si eso que no pueden decir con palabras, lo pudieran expresar corporalmente. Ambas tienen un rico mundo interior, en el que se refugian, para seguir adelante.
La puesta que propone la directora es cálida e íntima, el espectador siente empatía con esas mujeres enormemente solas. Nos gustó mucho el diseño escenográfico de Ayelén Betti, acorde con lo que pide la historia. Un vestuario de Anita Figueroa que destacamos, con esos cambios que hacen las actrices en el escenario, a la vista de todos.
Otro recurso que enriquece la puesta es la pantalla de fondo que proyecta algunas imágenes que apoyan el relato.
Y no podemos dejar mencionar la labor de Germán Fernández, que está en escena, con su guitarra y colabora mucho con ese ambiente cálido e íntimo que tiene la pieza.
En definitiva, Los Sueños de Matrioshka, es una obra que nos muestra desde un ángulo diferente, las secuelas que deja la desaparición de personas, mostrando a esos seres que permanecen como congelados el el tiempo y deben continuar adelante, con una herida que no cicatriza nunca. La pieza nos recuerda un momento nefasto de la historia de nuestro país, en donde muchas familias quedaron devastadas y mirando como la vida continuaba a su alrededor, mientras la sociedad los trataba con desconfianza e indiferencia.
La autora nos regala una obra profunda, que conmueve por su extrema sensibilidad, logrando un clima ideal, para que las protagonistas se luzcan con entrañables interpretaciones.
Recomendamos Los Sueños de Matrioshka, una excelente forma teatral de recordar un pasado doloroso y sus tristes consecuencias, creando conciencia para que estos hechos, no se repitan nunca más.
Pensador Teatral.