Dramaturgia de Carlos Sanzol y Dirección de Pierre Marquille.
Una original propuesta, llega de la mano de Forjadores de una Nación Pujante, autoría de Carlos Sanzol, escritor y dramaturgo argentino, que presenta una lograda sátira de los tradicionales programas televisivos de la tarde, los llamados talk shows, en donde se exponen las miserias humanas sin escrúpulos y lo único importante es el rating, en su nombre, todo está permitido.
En la historia, que nos cuentan, tenemos a la conductora del programa, una vedette famosa, con botox y siliconas, nos referimos a Maricruz Vallini ( María Sol Spadaro ), ella es la reina de la televisión y se debe a su público fiel que la adora. Además es el instrumento que el régimen político, que gobierna el país, elige para animar las tardes y transmitir los mensajes que son útiles para engrandecer la Nación.
La puesta de Pierre Marquille, es muy ingeniosa, ya que los espectadores, forman son la tribuna de un estudio de televisión, están presenciando el programa de la diva devenida en conductora y van a responder a los pedidos de aplausos, que les hará una particular asistente, siendo de esta forma partícipes del show televisivo, que nos propone al autor.
En el programa de ese día, Maricruz recibirá a Yezabel ( Mariela Aracena ), una famosa actor porno, que participó en gran número de películas y es la cara del cinéfila del regímen. Compite en popularidad con Maricruz, que además es su hermana. Ambas están dispuestas, a dar una lucha sin cuartel, para quedarse con los favoritismos de la gente.
El encuentro televiso, promete ser épico, son dos celebridades en edad madura, que pase a sus lazos de sangre, se odian, tiene muchas cuentas pendientes en la vida, conocen los secretos de la otra y el programa parece ser el escenario ideal, para ventilar esas diferencias. El público que quiere ver escándalos, logicamente agradecido, con la lucha en el barro que se propone.
El grotesco y la exageración se hacen presentes dejando muy en evidencia, los puntos en conexión, que muestra la obra, con el mundo real de la televisión donde al aire, todos son amigos y en los cortes se matan. Además de retratar a divas y figuras de la farándula, que se creen Diosas del Olimpo y que le hacen un culto a sus cuerpos esculturales, repletos de cirugías. Lo que importa son las apariencias, la verdad es algo secundario.
Nos gustaron muchos las actuaciones, arranquemos por María Sol Spadaro, como Maricruz, la conductora del programa de TV, muy buena composición de un personaje despiadado y temperamental, que siente un profundo desprecio por la gente común y que no duda en hacer lo necesario,para mantenerse en lo alto de la popularidad. Muy buen trabajo de María Sol Spadaro, con sus aires de diva a cuestas.
La otra protagonista, es Mariela Arcena, ella es Jezabel, con su tapado de piel y una dentadura blanca que resalta. Con un acento muy particular, vicios a cuesta y un andar muy gracioso, divierte mucho, en un personaje desopilante y muy bien construido,..
Completan el elenco, Laura Altamira, como Tatiana, la asistente de Maricruz, representando a la gente común, una simple trabajadora, que debe soportar estoicamente los maltratos y la mala educación de la estrella. Cumple muy bien su papel.
Y por último, Celio Cangossu, como Indalecio, un personaje entrañable y misterioso, que será el invitado sorpresa al programa. Dejaremos que el espectador, descubra cuando vea la obra, porque su presencia, sembrará discordia entre las hermanas. Muy bueno el aporte de Celio.
Se logran actuaciones muy parejas, con personajes muy bien construidos y que por momentos rozan lo bizarro, con mucho espacio para el lucimiento.
Hay muy buen diseño de vestuario y maquillaje, en manos de la misma Mariela Aracena y un destacado diseño lumínico de Mariano San Martín, por nombrar solo algunos de los ítems, que enriquecen una puesta colorida y alegre.
En definitiva, una obra divertida, que mediante la sátira y el grotesco, nos dá una pintura adrede exagerada, pero con muchos puntos reales, sobre el mundo televisivo poblado de personajes con aires de grandeza y donde todo está permitido, para mantener el poder y los privilegios, que les dá ser mediáticos, dejando en evidencia, también como muchas veces, los políticos, se valen de los medios y las figuras populares, para transmitir sus consignas.
Por lo tanto, se unen, un guión atractivo, con una puesta en escena dinámica, que se combina con muy buenas actuaciones, para esta desopilante propuesta del off, que divierte mucho y se atreve a tomarle el pelo, al mundo televisivo y a ciertos personajes que allí pululan.
Pensador Teatral.