Viernes a Domingos en Teatro Regina ( Av. Santa Fé 1235 )
Sin lugar a dudas Madre Coraje, es una de las obras más relevantes escritas por el reconocido dramaturgo alemán Bertolt Brecht, que exiliado de su patria, en momentos que Hitler asumió el poder, se inspiró para escribir un texto que habla de la guerra y de sus efectos devastadores.
La pieza de Brecht, se sitúa en la Guerra de los Treinta Años ( 1618-1648 ) y cuenta la historia de una madre, que sola y al cuidado de sus tres hijos, se ganaba la vida, como vendedora ambulante, llevando su carromato, por las ciudades en guerra, para comerciar en esos territorios arrasados, tratando de aprovechar las necesidades provocadas por un conflicto bélico que parecía interminable.
Para Madre Coraje, la guerra resultaba contradictoria, si bien parecía ser quien le otorgaba beneficios económicos, al poder comerciar y especular con ella, el precio que pagaría por ese supuesto provecho, sería altísimo, ya que sus hijos estaban en permanente peligro y terminarían sufriendo las consecuencias.
El desafío para Muscari era importante, ya que por un lado Brecht tiene fama de ser un autor, destinado a un público entendido. Además este clásico, que tiene una potencia dramática increíble, fue escrito hace más de ochenta años y todos conocemos los riesgos de elegir piezas, alumbradas en una realidad que puede resultar lejana y resultar anticuadas, a los ojos de hoy.
No hay dudas, que José María, es un director que más allá de su talento, es muy versátil y no se achica ante los retos, por más complicados que estos parezcan. Entonces basado en su experiencia, en haber dirigido dos clásicos antes que este, como Electra y La Casa de Bernarda Alba, redobla su apuesta y nos presenta esta estupenda adaptación de Madre Coraje, que en su primera temporada, tuvo un sorprendente éxito de crítica y de público, agotando las localidades en cada de una de sus funciones, dentro del exigente circuito oficial.
Cuales son las razones que explican estos excelentes resultados ? En nuestra opinión, los motivos son varios. En primer lugar, conseguir una adaptación aggiornada a estos tiempos, ofreciendo un Brecht amigable, que resulte entendible para todos los públicos. El mérito radica, en lograr esto, sin que el texto, pierda el espíritu que le dió el autor, logrando una puesta desacartonada y con toques modernos, sin tantos formalismos, donde conservando el drama y la potencia del guión, se logra descontracturar con pasajes de humor y un desenfado, que pocos autores, se animaría a introducir en un texto de este tipo. Muscari es uno de esos atrevidos y los riesgos que asumió son los que le permitieron conseguir una puesta entretenida y muy atractiva para el espectador, que en muchos casos, conoce la obra de Brecht por primera vez.
La Madre de Coraje de José María es atemporal, lo que vemos pudo haber acontecido hace siglos o estar ocurriendo ahora mismo, ya que la vigencia del tema, dejan claro, que la crueldad de la guerra, los vicios de los poderosos y el hambre de muchas personas, es una realidad que reconocemos y que lamentablemente está muy presente en este mundo.
La obra, nada sencilla de representar, por la cantidad de actores que requiere y por la profundidad del texto, había tenido dos antecedentes en Argentina. La primera en 1954 protagonizada por Alejandra Boero y la segunda en 1989 por Cipe Lincovski. Debieron pasar veinte años, para que alguien se decidiera a recoger el guante y fue Muscari quien los hizo con una versión más acotada en la duración y en el número de personajes, con nueve actores en escena ( contra los más de veinte que pide el libro original ) y con una versión más moderna, que logra transmitir el mensaje del autor, con condimentos agregados, que llevan el sello del director.
Ya hablamos de los méritos de la adaptación, pero como decimos siempre, las ideas pueden ser excelentes, pero sin no conseguimos luego, quien las defienda en el escenario, en vano habrá sido el intento. En este caso Muscari, se vale de un elenco de lujo y una cabeza de compañia, que nos regalará un protagónico que resultará inolvidable y quedará grabado en las mejores páginas de nuestro teatro.
Nos estamos refiriendo a la enorme Claudia Lapaco, una actriz de una trayectoria inmensa, que a los 78 años ( lo decimos por que ella, no oculta su edad ), nos ofrece una interpretación brillante. Impresiona su energía y conmueve su entrega, se la nota dueña de la escena, disfrutando cada instante de un protagónico que exige muchísimo y que ella resuelve con un oficio admirable. Quien piense que estamos exagerando en los elogios, seguramente no vió la obra aún, porque quien ya la ha visto, se dará cuenta que nos quedamos cortos. Conmovedora y superlativa interpretación de Claudia Lapaco, un verdadero deleite, poder verla lucir en este papel, que parece hecho a su medida.
Pero Lapaco no está sola en escena ni mucho menos, Muscari convocó a un elenco de una calidad que pocos espectáculos pueden soñar. Arrancando por el gran Osvaldo Santoro, con su carisma de siempre, interpretando a un cura bastante advedenizo, que pone muchas gracia a la trama,
Los hijos varones de Madre Coraje, son pilares importantes de la historia y tanto Martín Slipak, como Esteban Pérez, además de conseguir suspiros de la platea masculina, logran lucirse en cada una de sus intervenciones.
La dupla militar de la obra, la forman, Héctor Diaz que es garantía en cualquier papel que le toque y Emilio Bardi, otro actor de vasta experiencia. Los dos saben retratar el autoritarismo y el grotesco de los poderosos, con algunas escenas que nos recuerdan a algunos personajes de la última dictadura.
Moro Anghileri, le aporta glamour y belleza a la obra, con mucho desparpajo y ejemplificando, como en muchos casos, arroparse cerca del poder de turno, tiene sus privilegios. Nos gustó mucho lo de Moro. En el mismo alto nivel, mencionamos a Silvina Bosco, otra actriz que nos encanta, con mucha trayectoria en el teatro, siendo otra actriz, que siempre rinde, cualquiera sea el papel que le toque, aquí es una cocinera sufrida, que debe soportar con estoicismo, los embates de la guerra.
Para el final y no de manera casual, dejamos a Iride Mockert, la hija muda de Madre Coraje. Su interpretación es admirable, sin decir una palabra, muestra una expresividad que sorprende. El año pasado la vimos a Iride, en una actuación estupenda en El fruto más Amargo. Acá en un papel, absolutamente diferente, se convierte en la gran revelación de la obra, desde un personaje muy complejo. Basta decir, que luego de Claudia Lapacó y de Osvaldo Soriano, Iride es quien recibe las mayores ovaciones del público al final de la obra.
Como mencionamos, no es sencillo reunir nueve actores en escena y todos ellos de primer nivel, sin dudas que Muscari, además de un gran director, es un gran seductor y los actores, siempre quieren estar en sus proyectos, porque saben la seriedad con la que trabaja José María
y que el éxito siempre parece buscarlo.
A interpretaciones tan destacadas, hay que sumarle una puesta muy atractiva, que aggiorna mucho la pieza y le suma valor, con un diseño lumínico más que destacado, un vestuario de Magda Banach, que es uno de los puntos altos de esta versión aportando mucho colorido y hay momentos musicales muy bien intercalados. La puesta logra darle muy buena dinámica a la trama, algo que en un clásico, con mucho texto, es fundamental para que el interés del público no decaiga en ningún momento.
Bien, no queda mucha por agregar, la historia de Brecht, sirve para reflexionar, pero no baja línea, deja que el espectador saque sus propias conclusiones, sin dudas veremos como la guerra siempre causa estragos y como muchas veces las personas deben adaptarse a penosas circunstancias para poder sobrevivir Además se expone como el dinero y lo material, en todas las épocas tuvo capital importancia y como en la mayoría de las ocasiones, son los que pagan el delirio y las ambiciones trasnochadas, de los poderosos señores de la guerra.
En definitiva, celebramos la segunda temporada de Madre Coraje y le auguramos igual o mayor éxito que el tenido el año pasado. Motivos para el suceso sobran, estamos en presencia, de un clásico que muestra su absoluta vigencia, un director enfocado que consigue una adaptación dinámica y que sabe transmitir el mensaje de Brecht de manera atractiva. Si a esto le sumamos una puesta muy rica, con numerosos rubros a destacar y actuaciones superlativas del gran elenco reunido, no quedan dudas, que Madre Coraje, es una de esas obras que la generosa cartelera porteña nos ofrece y no debemos dejar de ver.
Pensador Teatral.