Jueves a Domingo en Teatro La Comedia ( Rodríguez Peña 1062 )
Comedia negra escrita en el 2001 por el reconocido dramaturgo argentino Victor Winer, obra representada por todo el país y también llevada a escenarios de Portugal o España, mostrando la universalidad del texto.
La historia tendrá como contexto la crisis, que sufre Argentina, que lamentablemente al ser cíclica, tiene una vigencia permanente, confirmando que los argentinos, tenemos una tolerancia y un entrenamiento especial, que nos permiten sobrevivir, en los momentos más complicados.
Y en ese contexto, aparecen Matilde ( María José Gabín ) y José ( Esteban Prol ) una pareja que haciendo juego con el país, atraviesa su propia crisis emocional y económica. Parecen cansados y abatidos, por una vida que no les resulta sencilla y entonces piensan en soluciones milagrosas, que les cambie la suerte.
Las acciones se desarrollan en la habitación de un hospital, donde Matilde espera que la operen. José llega a visitarla con unas empanadas y se entera que la operación será al día siguiente, algo que puede poner en jaque su plan, que incluía un viaje a los Estados Unidos.
Sin contar demasiado para mantener el suspenso, contemos que José " trabaja " como testigo falso, dando testimonios a pedido de abogados caranchos, permitiendo ganar demandas por accidentes falsos. Pero eso le deja poca plata y entonces, se le ocurre la idea salvadora de viajar a los Estados Unidos, para simular su propio accidente de tránsito y cobrar una millonaria indemnización. El plan suena disparatado, pero José sostiene que tiene todo calculado.
La idealización de un primer mundo donde todo funciona, en contraste con lo que sucede en el país, es un guiño muy interesante que introduce el autor, tomando un pensamiento bastante generalizado en gran parte de la sociedad, que piensa que la salida a los problemas está en Ezeiza.
Pero Matilde, no quiere que su marido viaje y la deje sola, ella vé otras soluciones, como por ejemplo, ganar la lotería o hasta vender un riñón, aprovechando su estadía en el hospital. Es preferible eso, a que su esposo, vaya al exterior a simular un accidente y encima lo acompañe en esa travesía, una prima divorciada, que le echó el ojo.
El desarrollo y los diálogos por momentos parecen grotescos y disparatados, sin embargo el espectador se identifica con los personajes, los siente cercanos y también reconoce esas ideas milagrosas, que todos en algún momento tuvimos.
La dirección del premiado Rubén Pires es acertada, con el contexto de la crisis del país, no baja linea, prefiere crear interrogantes y se centra en los pequeños detalles, poniendo la lupa, en lo que le sucede a los personajes. Para que esta idea, llegue a buen puerto, hay que tener buenos intérpretes y hay una muy buena elección de la pareja protagónica.
En nuestra opinión, quien lleva el peso de la historia y se luce en gran forma, es Esteban Prol, que realiza una excelente composición de su personaje, con un histrionismo a flor de piel, para un José medio chanta y algo culposo. Destacamos su expresividad corporal, sus caras y una entrega total, que el público reconoce.
Su compañera María José Gabín, una de las fundadoras del recordado Gambas al Ajillo, es su partenaire perfecta, sumándose al juego que propone el director. Muy bueno lo de María José, a quien el año destacamos, por su actuación en Idiota con Luis Machín. Aquí vuelve a lucirse, junto a Prol, con un personaje algo naif, que también juega mucho con su cuerpo ( hay cositas de clown en la performance de ambos )
Hay mucha química entre los protagonistas, que pese a las situaciones desafortunadas que deben narrar, se nota que se divierten en el escenario y eso es algo que el espectador siempre agradece.
No dejemos de mencionar a Iardena Stilman, la tercera en discordia, la prima, que desde un papel secundario, cumple muy bien y le pone condimento a la historia.
Nos gustó mucho la escenografía, simulando una sala de hospital, con esas ventanales a ambos lados del escenario, que dán a la calle y saben marcan la diferencia con ese exterior tan hostil.
En definitiva, estamos en presencia de una comedia negra, que presenta deliciosas actuaciones actuaciones y nos servirá para reflexionar, acerca de como los argentinos, parecemos tener un doctorado en la materia de sobrevivir en épocas de crisis y como las personas comunes, se las deben rebuscar, para encontrar esa tabla salvadora, que les permite mantenerse a flote.
El cálido y prolongado aplauso que reciben los protagonistas al final de la función, es un justo premio por la divertida noche teatral que nos regalaron y confirmar que en tiempos de crisis, la risa siempre es sanadora.
Pensador Teatral.