Sábados 18 30 hs en Beckett Teatro ( Guardia Vieja 3556 )
Dramaturgia de Lucía Laragione y Dirección de Mariana Giovine.
Llega al Beckett, el premiado texto escrito por Lucía Larangione escrito en 1993 y estrenado en primer lugar en Madrid, para luego llegar a la Argentina en 1997 con los protagónicos de Norma Pons y Ana Yovino, bajo la dirección de Villanueva Cosse. La obra fue ganadora de la primera edición del Premio María Teresa León otorgado por la Asociación de Directores de Escena de España.
Cocinando con Elisa es un texto que hace alusión de manera metafórica al horror de la dictadura cívico militar argentina, poniendo el foco en atrocidades que sucedieron en aquellos tiempos, como los abusos de poder o el tema de la apropiación de bebés. En esta versión, que llega casi treinta años después de ser escrita, se pone énfasis en la relación desigual de poder y el vínculo que se establece entre dos mujeres que trabajan en la cocina de una estancia.
Allí es precisamente, donde se desarrollan las acciones, en un sótano de una estancia de una familia adinerada de la alta sociedad, allí está la cocina en la que trabaja Nicole, una mujer madura ya, que se autodefine como una verdadera experta de la alta gastronomía francesa, habiendo estudiado las mejores recetas de los maestros de la cocina gala. Nicole hace muchos años sirve en aquella estancia, para Monseiur y Madame.
Nicole planea un viaje y entonces llegará Elisa, una joven ingenua y con poca experiencia en la materia, ya que su único trabajo relacionado fue haber amasado en una panadería, algo que parece insuficiente para la exigencia de un puesto que requiere conocimiento de los platos más refinados de la cuisine francaise. Nicole la recibe con fastidio, ella nunca hubiera elegido a una joven tan inexperta, si de ella hubiera dependido, la elección habría recaído en una cocinera mayor con experiencia, pero allí las decisiones las toma Madame y ella debe acatarlas-
La relación entre ambas será muy desigual, el trato de Nicole para con la nueva no sera nada amable, todo lo contrario, parece disfrutar haciendo sufrir a Elisa, denigrándola permanentemente, mostrando muy poca humanidad y las peores miserias del ser humano. Surge con claridad el tema del maltrato entre compañeras y como muchas veces este comportamiento se normaliza y se aceptan situaciones que no deberían ser toleradas. Y hasta aquí contamos, a medida que el relato avanza, irán desfilando platos distinguidos de la cocina francesa, mientras que la relación entre ambas mujeres, se irá deteriorando cada día que pasa y la paciencia de Elisa se irá agotando.
Momento de hablar de las estupendas actuaciones de la dupla protagónica, que establece un duelo actoral de alto vuelo con personajes bien contrapuestos. Gabriela Villalonga, como Nicole, compone a una verdadera villana, que no se cansa de maltratar a Elisa. Mostrando celos contra ella y una profunda frustración, por haber pasado su vida sirviendo a los patrones, sin poder formar una familia. Estupenda caracterización de Gabriela, una verdadera bruja en el tono de voz, postura y comportamiento.
Luciana Procaccini es la contracara, una joven dispuesta a aprender y a sacrificarse con tal de ganarse un lugar en esa cocina. Con ingenuidad, obediencia y empeño, compone un personaje muy querible, al que dan ganas de ayudar con las tareas que le ordenan. Con mucho carisma y frescura consigue darle a su Elisa, un ángel que enternece a los espectadores. Nos gustó mucho el trabajo de Luciana y gran dupla la que forma con Gabriela. Felicitaciones a ambas, ya que no son personajes fáciles, los que deben representar y realmente lo hacen muy bien.
La puesta de Mariana Giovine, tiene una atmósfera lúgubre acorde con la poca luz que entra en ese sótano, donde la oscuridad en el amplio sentido, es la que predomina. Párrafo especial para el estupendo diseño escenógrafico de Alejandra Mateos, que nos transporta a una verdadera cocina, con gran cantidad de elementos que colaboran con la ambientación.
En definitiva, estamos en presencia de una versión muy interesante del reconocido texto de Lucía Laragione, que pone la lupa en el vínculo que establecen estas dos mujeres, poniendo al descubierto lo complejo que puedan resultar las relaciones jerárquicas entre pares en el trabajo, cuando en vez de unirse y sumar esfuerzos, quien está más arriba en la jerarquía, parece disfrutar sometiendo a su par, perdiendo de vista, que ambos responden a un patrón que las gobierna.
Aplaudimos las exquisitas actuaciones de la dupla protagónica, en una distinguida tarde de teatro en el Beckett que siempre nos predispone de manera favorable, para disfrutar en este caso de los platos más nobles de la cocina francesa, que irán apareciendo en medio de una relación tormentosa, que muestra lo cruel puede llegar a ser el ser humano y como muchas veces puede pensar que humillando y maltratando al otro, puede curar sus propias heridas y frustraciones, algo totalmente falso.
Pensador Teatral.