Dramaturgia y Dirección de Mauricio Kartun.
Jueves y Viernes 20 hs en Teatro Caras y Caretas 2037 ( Sarmiento 2037 )
Se reestrena en el moderno Caras y Caretas, La Vis Cómica, la última obra escrita por Mauricio Kartun, que luego del resonante suceso que obtuvo con Terrenal, para escribir este nuevo texto se inspiró en personajes de la obra de Miguel de Cervantes, trayendo de Don Quijote, a Angulo el Malo, el protagonista de la historia y de una novela cervantina, tomó prestado a Berganza, un perro que habla y encima de ello, es muy agudo en sus comentarios.
La Vis Cómica, tiene ya un exitoso recorrido en nuestra cartelera porteña, estrenada en el 2019 en el Teatro San Martín, tuvo una gran recepción del público, llenando la imponente sala Cunill Cabanellas durante dos temporadas y recibiendo numerosos reconocimientos, entre ellos debemos mencionar los 5 Premios Ace, incluyendo el Ace de Oro otorgado a Mario Alarcón, su protagonista de aquel entonces.
La obra retorna ahora, con mucha fuerza a un nuevo teatro y manteniendo a su anterior elenco, salvo con una variante fundamental , ya que no es de la partida justamente el ganador del Ace de Oro. Si, hay un cambio en el protagonista, ya que ahora el papel de Angulo, lo lleva adelante Horacio Roca. Ya llegaremos a ese punto, pero les adelantamos que la composición de Horacio, es fenomenal y al verlo cuesta creer, que se incorporó al elenco, recién en esta temporada.
Yendo a la historia en sí, la magistral dramaturgia de Kartun en esta oportunidad, nos invita a viajar en el tiempo, hacia la Buenos Aires del Siglo XVIII, época del Virreinato en el Río de la Plata. A estas tierras llega una compañia teatral española encabezada por un comediante mediocre y bastante ladino, llamado Angulo, el Malo. Con él viaja, su esposa Toña, que además hace las veces de vestuarista / costurera de la compañia, Isidoro, el dramaturgo y Berganza, la mascota de Isidoro, un perro con una lengua muy filosa.
El texto de Kartún es muy rico y tiene numerosos guiños, para que los espectadores se hagan una verdadera panzada de teatro. Y precisamente la historia, pone mucho acento en el arte teatral y es una especie de tributo al mismo. El autor se divierte poniendo en evidencia los artificios que tiene el teatro y sus convenciones, recordando que la ceremonia del teatro, siempre es un gran acto de fé, que el espectador abraza con devoción, acepando las convenciones dadas, casi de manera ingenua, pero con todo gusto, ya que sabe que es un acuerdo voluntario, y eso es lo que debe poner de su parte, para poder disfrutar de las bellas historias que le presentan.
Y en este caso Kartun, uno de los dramaturgos más importantes que tiene actualmente nuestro teatro, se encarga con gran sagacidad en desnudar estas convenciones, Por ello, se puede dar el lujo que estos personajes llegados de España no tengan que tener un acento castizo, que puede resultar artificial y anacrónico, resolviendo esto con una convención, que en el teatro todo lo puede y dejando en claro que el lenguaje es una cosa y la actuación es otra, no habiendo nada hispano en la actuación.
Y siguiendo con las convenciones, no nos debe sorprender que un perro pueda hablar en un escenario y entonces aparece Berganza, interpretado de manera magistral por Cutuli, que sin tener que ponerse en cuatro patas, puede ser igual un can, que reemplaza ladridos por palabras, siendo el presentador de esta fantástica historia, que se divide en cinco jornadas, siendo el fiel amigo del hombre, el que anunciará el comienzo y final de cada uno de las mismas.
De la historia en si no queremos comentar demasiado para mantener la sorpresa, solo diremos que la estancia de la compañia no será lo promisoria que planearon antes de emprender la travesía. En esos tiempos Buenos Aires, era un lugar inhóspito para los artistas, no existían corrales de comedias, ni plazas públicas donde representar las obras. La única manera de actuar, era acercándose al poder del Cabildo, pero el problema es que ya había una compañía trabajando allí y no parecía haber lugar para la competencia.
Entonces para sobrevivir, Angulo, se convertirá en un contratista que recorre la ciudad, en búsqueda de trabajos varios que sus colegas de compañia deberán llevar a cabo de mala gana, al menos para poder obtener los recursos mínimos para no pasar hambre. La situación se estaba volviendo muy complicada y las ganas de volver a España crecían cada vez más. Pero la luz de la esperanza se prende, hay un cambio de virrey y Angulo vé en ese momento, la oportunidad para que ese cambio incluya también al pregonero anterior y poder ingresar entonces al círculo íntimo del nuevo virrey, que sin dudas será la puerta de entrada, para el comienzo de una carrera artística promisoria. Pero cumplimos con nuestra palabra y hasta allí contamos, para descubrir que les deparó el futuro a Angulo y sus amigos, deberán ver esta obra, que vale muchísimo la pena.
Es momento de hablar de las actuaciones que tiene la pieza y arranquemos por Horacio Roca, un actor de raza, que tenía una tarea compleja aquí, como ser tomar el papel de Angulo, el protagonista de la historia, tomar nada menos el lugar de Mario Alarcón, que con este personaje había alcanzado el Ace de Oro. Y a nuestro entender, cumple con creces el desafío. De entrada digamos que la actuación de Horacio es descomunal, con un despliegue actoral repleto de matices y una entrega absoluta, dando vida a un jefe de compañia, manipulador y farsante. Un verdadero encantador de serpientes. Al no haber visto la versión original en el San Martín, nos quedará la duda, de como era la obra con Alarcón en este papel, pero de lo que podamos dar fé es la estupenda actuación de Horacio Roca, que se lleva los mayores aplausos de la noche. Si usted tuvo el privilegio de haberla visto antes, no duda en volver a verla, con el nuevo protagonista y luego nos cuenta.
Renglón seguido, debemos destacar el trabajo de Stella Galazzi, como una Toña, que viajó para acompañar a su flamante esposo, pero llegada a estas tierras, se dió cuenta que Angulo estaba en otra. Con gran presencia escénica, manejando muy bien los silencios y siendo contundente cuando toma la palabra, Stella, una actriz con mucho oficio, redondea un excelente trabajo. Luis Campos es Isidoro, el dramaturgo que le dá letra al cómico, el que vendió sus posesiones para financiar el viaje hacia América y tiene una sola obsesión, poder estrenar. Destacada su composición y al igual que Stella, aprovechan cada momento en escena y en especial el monólogo que el relato les reserva, a cada uno de ellos.
Para el final dejamos a Cutuli, como el perro Berganza, el personaje más delirante y gracioso de la obra. Su inclusión es una genialidad y un lujo que Kartun se permite, para dejar bien claro el poder de las convenciones en el teatro. Con una sabiduría y una hilaridad absoluta, jugará como presentador de la historia, conductor del relato, siendo figura fundamental en el arranque y en el cierre de la obra. Deliciosa composición de Cutuli, que en varias oportunidades rompe la cuarta pared, haciendo reír al público, simplemente con una caída de ojos o algún gesto, logrando una complicidad con los espectadores, que no es sencilla de conseguir y que el consigue, casi con naturalidad
Podríamos seguir, pero creemos que ya contamos lo suficiente, el texto es respaldado por una puesta que resulta muy atractiva, con bellos recursos puestos al servicio de la historia, como ser el efectivo diseño escenográfico y el distinguido vestuario de época, ambos ítems a cargo de Gabriela Fernández, Los espectadores en todo momento estarán atentos, sin perder detalle, ya que la obra tiene muchos guiños preparados, siendo muy rica en vocabulario, con un texto con mucha poesía y verso. Es un verdadero placer sumergirnos en la rica dramaturgia que nos propone el autor.
En definitiva, La Vis Cómica resulta una de esas obras imperdibles que el teatro independiente tiene para ofrecernos, original, muy divertida y con estupendas actuaciones. Una cita ineludible para viajar hacia la Buenos Aires del Virreinato, donde un perro sabio, será el maestro de ceremonias, para dejarnos bien claro, que cuando nuestra imaginación y el teatro se unen, todo es posible.
Pensador Teatral.-