domingo, 26 de septiembre de 2021

Ribetes en tu Piel Rojos Quedaron

Dramaturgia de Dario Bonheur y Dirección de Eloisa Tarruella.

 

 


Domingos 18 hs en Hasta Trilce ( Maza 177 ) 

Una propuesta muy bella desde lo visual y lo sensorial, llega de la mano de Ribetes en tu Piel Rojos Quedaron, texto escrito por Darío Bonheur, un joven y talentoso dramaturgo que siempre sorprende con piezas originales y cargadas de sensibilidad, escapando de los guiones convencionales, siendo un autor al que le gusta asumir riesgos y explorar en los recovecos de la mente humana.

En este caso, nos presenta una obra, donde la música es el elemento central y se estructura con dos monólogos autónomos, que tienen como puntos en común, el pentagrama musical, las melodías que salen de un piano y reflexionar acerca de como el ser humano debe hacer equilibrio entre su vocación, los deseos y la realidad. Siendo fundamental la forma en que se acepta esa realidad, pudiendo estar conforme con la misma, siendo feliz con ella o bien repudiarla, desatándose en este último caso, una tormenta mental de la que cuesta salir indemne.

 

 


 

El texto llegó a Eloisa Tarruella, una directora muy sensible, que nos tiene acostumbrados a piezas, que se caracterizan por la belleza y poética de sus puestas. Se genera entonces una sinergia muy valiosa entre autor y director, lo que se traduce en una obra que presenta una estética muy distinguida, como sello distintivo, que resulta una caricia para el espectador.

De los monólogos no queremos contar demasiado, para no revelar la trama, solo diremos que en el primero, apareceré Estelita, una joven, que sin el talento necesario para tocar el piano, recorrió el mundo junto a Virginia, su profesora de música, con una función muy particular, ser su pasadora de hojas de las partituras y estando muy orgullosa estaba de esa noble tarea. En el segundo, tendremos a un muchacho que tenía como sueño tocar el piano de manera profesional. Ganó un concurso cuando era apenas un adolescente y tenía clara su vocación como pianista, pero se encontró con un obstáculo casi insalvable, su propia madre, que sin verle talento algún para cumplir su anhelo, directamente le prohibió tocar el piano. Y hasta allí contamos.


 



 

Llega el momento de hablar de la actriz que lleva adelante ambos monólogos, que tienen como protagonistas a personajes muy disímiles, interpretados ambos de manera soberbia por Maria Nydia Urso-Ducó, una actriz que nos gusta mucho, de gran trayectoria en el teatro independiente, que se caracteriza por su enorme versatilidad y una expresividad a flor de piel. Siempre que la vemos en el escenario, nos viene el recuerdo de su estupenda interpretación en Un Hombre sin Suerte, una entrañable obra del off, cuyo texto fue escrito por Samanta Schweblin.

Aquí en el primer monólogo, representa a una Estelita, que podría estar dentro del círculo de personajes que suele representar María Nydia y que con su sapiencia, siempre resuelve en gran forma. Pero quedamos muy sorprendidos, con la segunda composición, ver como en minutos, cambiará de manera total su vestuario, peinado, tono de voz, lenguaje corporal, etc. El giro es de 180 grados, ya que representa a un muchacho joven. Si no supiéramos que María Nydia, era la protagonista de ambos monólogos, nunca la hubiéramos reconocido y pensaríamos que otro actor es el protagonista, de tan lograda que es su caracterización.

 

 


 

Siempre es un deleite verla en el escenario y en esta ocasión, además de disfrutar de su interpretación, nos sorprendimos muchísimo, comprobando que además de ser una actriz muy talentosa, muestra una versatilidad, que hay que destacar y aplaudir, ya que el desafío era muy grande.

La puesta que propone Eloisa, tiene esa belleza estética que caracteriza sus trabajos, teniendo en claro, que lo primordial en estos relatos será la música, quedando lo visual en un segundo plano, debiendo el espectador tener el oído bien atento. Debemos destacar la participación de Florencia Caruso, en el piano, interpretando bellas melodías, la mayoría de ellas, conocidas por todos, ya que son piezas famosas. Cabe agregar que María Nydia, además de actriz, es maestra de música y toca muy bien el piano, algo que podemos comprobar a lo largo del relato, por varias de sus posturas. Es muy rica la comunión que se logra entre ambas mujeres, con un juego de espejos y dobles personalidades, que le dan un toque enigmático a la puesta.





No queda mucho más para agregar, Ribetes en tu Piel Rojos Quedaron, es una obra donde lo música será la estrella invitada. Melodías de piano y sueños truncos. La posibilidad de aceptar nuestras limitaciones y tratar de estar cerca de nuestras pasiones, aceptando de buena gana, no ser una primera figura, algo que es lógico, porque si todos querrían ser los numero uno en lo que hacen, sería imposible.

Un placer volver a sumergirnos en la dramaturgia de Darío Bonheur, en este caso acompañada de la bella puesta de Eloísa Tarruella y además disfrutar de dos estupendas composiciones de Maria Nydia Ursi-Ducó. Hay un triángulo virtuoso reunido para la ocasión, que nos permitirá disfrutar de una tarde de distinguido teatro, en la señorial sala del Hasta Trilce, que ofrece una acústica ideal, para que suenen bellas melodías de Mozart y Beethoven, para deleite del público presente.


Pensador Teatral.


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