Dramaturgia y Dirección de Pompeyo Audivert.
Sábados 20 hs y Domingos 19 hs en Centro Cultural de la Cooperación ( Av. Corrientes 1543 )
Hay algunas obras, contadas ellas, que por diferentes motivos quedarán grabadas en nuestra mente y sabemos que aunque pasen los años, las vamos a recordar. Sin dudas esto ocurrirá con Habitación Macbeth y la razón para que se cumpla lo señalado, lo tenemos muy claro y es debido al descomunal, fantástico e inconmensurable trabajo realizado por Pompeyo Audivert, que nos ofrece una clínica magistral de actuación.
Ya nos enfocaremos más adelante en ello, comentemos antes que esta obra se alumbró en la pandemia, allí Audivert aprovechando la soledad reinante dictada por el contexto, se reunión con la obra shakespereana, en búsqueda de una adaptación propia que la resignificara, jugando con la intertextualidad y buscando que aparezcan otros autores en el texto que estaba preparando, siendo Beckett tal vez el más evidente de ellos, pero sin dudas no es único.
Como ya ocurrió en otras adaptaciones en las que trabajó antes como Muñeca de Discépolo o El Desierto Entra en la Ciudad de Roberto Arlt, siempre busca ( y logra ) respetar las cualidades de los textos, pero asumiendo riesgos para introducir variantes, que tienen como objetivo, intensificar los sentidos, algo que no resulta sencillo para los autores, pero que él resuelve de manera virtuosa.
Tal vez por dificultad y las reglas que imponía la propia pandemia, pensar en una obra para muchas actores, sonaba complicado, entonces Pompeyo que venía con ganas de hacer un unipersonal y también montar nuevamente una obra de Shakespeare, se dio cuenta que esta era una oportunidad inmejorable para cumplir con una fantasía que tenía en mente desde hace años, que consistía en la epopeya ,que un solo actor, pudiera interpretar todos los personajes de Macbeth.
Con ello podría demostrar cierto fenómeno paranormal del actor, que usaría a su cuerpo como si fuere una especie de medium, para invocar y encarnar a todos los personajes.. La idea de que hubiera un único actor, habitado por una multiplicidad de personajes generaba vértigo y a la vez era muy tentadora, sabiendo que sería un desafío enorme para quien quisiera encararlo. Creemos que solamente un actor de los quilates y la potencia escénica de Audivert podía estar a la altura de este reto que parecía inalcanzable.
En la obra, veremos a un Macbeth fiel servidor de su país y del Rey Duncan, volviendo triunfador del campo de batalla junto a Banquo su fiel amigo. Ambos verán cambiar su futuro, debido a un hecho fortuito, ya que en ese viaje de regreso se encontrarán con las tres brujas fatídicas, enviadas de Hécate, diosa griega de los hechizos y la brujerías, que le lanzarán una seria de profecías inquietantes. La primera de ella, rezaba que antes que llegue la noche se convertiría en Duque de Cawdor y que antes que las golondrinas sería coronado Rey. Antes de desaparecer, las brujas se dirigirán a Banqueo y le augurarán que él, será padre de reyes.
Ambos ríen con las profecías y no las toman seriamente, pero poco tiempo después todo cambiará con la llegada de un mensajero del Rey, que les indica que el actual Duque de Cawdor ha fallecido y que Duncan en agradecimiento a su triunfo en campo de batalla lo honraría con ese título vacante. La mente de Macbeth parece estallar. Finalmente las brujas tendrían razón ?? Será cierto entonces que el será el futuro rey ?? Y que pasaría con su amigo ?? La ambición y el poder ya se asoman en sus pensamientos.
Macbeth envía una carta a su esposa, anunciando su llegada a casa luego de la batalla y le relata con detalles el encuentro con las brujas y sus extraños vaticinios. Lady Macbeth no duda en la veracidad de aquellos pronósticos y le dice a su esposo, que lo mejor sería ayudar a que se cumpla aquello lo antes posible, no vaya a ser cosa que el destino cambie de opinión. Justamente el Rey Duncan iría a su castillo esta noche y es entonces cuando le propone a su esposo, que es la ocasión justa para dar vuelo al vaticinio y le revela un monstruoso plan, que consiste nada menos que en asesinar al Rey y culpar de ello a sus guardias, a los que también matarían, en la oscuridad de la noche.
El plan horroriza en un principio a Macbeth, como sería posible matar a un rey al que todos veneran, a una buena persona, al representante de Dios en la tierra. Sería una locura ... Pero Lady Macbeth siembra en su mente la semilla del poder y la ambición, de tener el reinado al alcance de la mano. Y hasta allí vamos a contar, para mantener el suspenso, porque el desenlace es conocido para quienes han leído o visto en otra ocasión, esta tragedia shakespereana, pero puede haber lectores que no la vieron o no la recuerdan y por ello, no adelantaremos como terminó la visita de Duncan al castillo de Macbeth, aunque la mayoría se lo pueda imaginar.
Llega el momento de hablar de la fantástica prestación de Pompeyo Audivert, que con una entrega descomunal y un talento fuera de serie, desdobla el solo, a los siete personajes de esta tragedia. Con una presencia escénica imponente , se apodera del escenario y parece entrar en trance, para ingresar y salir de los personajes en segundos, para generar múltiples diálogos entre ellos, de una forma que cuesta imaginar.
Impresionan sus cambios de postura, las diferentes voces, sus diferentes formas de pararse. Les aseguramos, que sin necesidad de hablar, solo viendo de forma de pararse y en la expresividad del rostro, podíamos darnos de cuenta de que personaje habitaba su cuerpo en cada momento. La atracción que ejerce sobre el público, resulta casi hipnótico. No vuela una mosca, durante los noventa minutos que dura la obra, la platea sigue la trama con un silencio absoluto y con admiración por lo que está viendo.
La expresión de que cuesta describir con palabras el trabajo de Pompeyo, se aplica a la perfección aquí Podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la de Audivert, fue la mejor actuación por lejos, que vimos a lo largo de este año y nos cuesta recordar un trabajo de semejante magnitud en los últimos años, con ello pueden imaginar el calibre de su interpretación. Calificarlo con un diez, seria no poder volver a repetir el puntaje en el futuro, por eso deberíamos romper las reglas y ponerle un once.
Pero Pompeyo no está totalmente solo en escena, lo acompaña Claudio Peña, reconocido compositor e intérprete musical que con su cello, será el encargado de ponerle música a la trama y ser la banda de sonido de la misma, logrando crear los climas que pide el texto y contribuyendo al enorme lucimiento del protagonista. Excelente lo de Claudio. Queremos dejar un párrafo especial también para el diseño de luces de Horacio Novelle, jugando de manera magistral con la oscuridad y la sombra, siendo también parte fundamental de una puesta muy atractiva.
La obra nos hablará de la ambición desmedida de los hombres, de la sed de poder, la locura, la traiciones y la mentira como instrumento indispensable para hacer política. La pieza tiene una vigencia abrumadora e inquietante a la vez, mostrando como el engaño y la actuación, son armas valiosas para lograr los objetivos, dando por válida la famosa frase de Nicolás Maquiavelo, acerca de que el fin justifica los medios.
No queda más para agregar, Habitación Macbeth es sin dudas uno de los estrenos del año, una fantástica creación de Pompeyo Audivert, un animal de teatro, que nos presenta esta potente versión del clásico de Shakespeare y nos permite disfrutar de una interpretación memorable, una verdadera clase magistral de teatro, a la que tuvimos suerte de asistir.
Pensador Teatral.